07/04/2021
La TORSION DE ESTÓMAGO, conocida también por su denominación en inglés “BLOAT”, es una verdadera amenaza para el perro, dado que en muchas ocasiones, si no es diagnosticada y tratada a tiempo, puede suponer la murete del animal en condiciones dramáticas de intenso dolor.
Está asociada con una distensión aguda del estómago y la posibilidad de torsión sobre sí mismo. Desgraciadamente a día de hoy todavía no se conocen las causas de forma concluyente para esta condición, aún cuando son muchos los estudios que se llevan a cabo en todo el mundo para determinarlas y tratar de ponerle remedio.
Parece claro sin embargo, que los perros susceptibles de padecer una torsión en algún momento de su vida, sufren una movilidad excesiva del estómago debido una debilidad manifiesta de los ligamentos que lo sostienen en la cavidad abdominal.
Hemos de tener en cuenta que a pesar de los varios siglos de selección impuesta por la mano del hombre, para conformar unas características muy específicas en las distintas razas caninas hoy disponibles, el tiempo transcurrido desde que empezamos a determinar criterios estéticos y de otra índole para diseñar perros a nuestro gusto marcadamente diferentes entre sí por tamaño, volumen, color, tipo de manto, habilidades específicas, aptitudes naturales, etc., etc., no ha sido suficiente para que la Naturaleza haya realizado en la especie los cambios necesarios que adecuen las tendencias impuestas por la mano del hombre a las necesidades de su organismo para adaptarse a éstas. Y esto sólo significa una cosa… y es que hoy por hoy los perros de más de 30 kilos de peso son candidatos ideales para padecer esta terrible condición.
El estómago del perro está sujeto por dos ligamentos que, dependiendo de su talla y del volumen de la cavidad abdominal pueden o no ser suficientemente fuertes como para sostener un órgano de gran tamaño y en forma de hamaca que puede bascular más de la cuenta por diferentes motivos; el movimiento, los saltos, los cambios de postura, pero también como consecuencia de la acumulación de gases producidos por la fermentación que tiene lugar durante la digestión de los alimentos.
El caso es que si esos ligamentos no se muestran lo suficientemente resistentes para asumir esa basculación y controlarla, puede ocurrir que el estómago acabe revolviéndose sobre sí mismo como consecuencia de una dilatación gástrica que posteriormente da lugar a la torsión en sí misma.
Cuando esto ocurre y en cualquiera de los dos casos (dilatación exclusivamente o torsión propiamente dicha), el perro no puede descargar el contenido del estómago debido a que éste se encuentra retorcido a ambos extremos. Así pues, la presión aumenta hasta el punto de provocar cambios en otros órganos, que ponen en riesgo la vida del animal pues no en vano, se interrumpe la circulación sanguínea en ambos sentidos (de entrada y retorno al estómago) cuando éste gira sobre sí mismo. Si esta situación no se corrige con rapidez el perro entrará en un estado de shock y morirá, sin remedio.
Por lo general, hay una sintomatología relativamente fácil de identificar cuando el animal empieza a dilatar el estómago, antes incluso de llegar a la torsión; jadea insistentemente, saliva profusamente, si intenta ingerir agua la expulsa antes de que llegue al estómago, tiene arcadas continuas, se muestra terriblemente inquieto y da vueltas sobre sí mismo, es incapaz de tumbarse o sentarse, puede llegar a emitir aullidos de dolor y, lo que es aún más aparente, su tripa se dilata a gran velocidad, produciendo un sonido característico a tambor si se dan golpes secos con dos dedos de la mano sobre la misma.
No hay un minuto que perder y es esencial acudir a la Clínica veterinaria más próxima, incluso si esta es distinta de la habitual, para que algún Veterinario alivie inmediatamente la presión estomacal y estabilice al animal enfermo, mediante unos protocolos específicos, que muchas veces incluyen la inmediata intervención quirúrgica, dependiendo de la gravedad del caso. Desgraciadamente, muchos perros mueren aún a pesar de la pronta intervención del veterinario.
Como dije al principio, las causas que producen esta condición no son del todo conocidas y los expertos no parecen ser capaz de llegar a un acuerdo sobre cuántas de ellas han de intervenir para que la TORSION DE ESTÓMAGO se produzca, pero es un hecho cierto que existen algunas que por puro sentido común hay que tener muy en cuenta., como son:
La ingesta de grandes cantidades de alimento de una sola vez a la que sigue la toma de mucho agua.
La practica de ejercicio violento inmediatamente antes y justo después de cada toma.
La excesiva flatulencia que ciertos alimentos preparados producen.
La rápida y exagerada fermentación de ciertos productos en el estómago.
La dificultad para eliminar todos los gases de forma rápida y continuada.
La edad, teniendo en cuenta que una etapa de máximo riesgo es aquella en torno a los 7-9 años
La predisposición racial (perros que presentan una cavidad torácica ancha, con el costillar abarrilado, donde el estómago tiene sitio de sobra para rotar y también esos otros en los que por el contrario el tórax es excesivamente estrecho y las costillas muy aplastadas, quedando el estómago muy presionado por los órganos circundantes), siendo razas especialmente propensas el akita, el bloodhound, el borzoi, el bóxer, el bullmastiff, los caniche medianos, lso doberman, el dogo de Burdeos, los galgos, el gran danés, los mastiff, los mastínes españoles y del Pirineo, los napolitanos, pastores alemanes y belgas, setters, etc.
La predisposición familiar.
Un avanzado estado de gestación en hembras que portan camadas muy largas y que ingieren grandes cantidades de comida de una sola vez en vez de que su ingesta sea distribuida en varias tomas
Lo cierto es que aún cuando resulta difícil determinar si la genética desempeña o no un papel en el desarrollo de esta enfermedad, el caso es que se ha observado una mayor incidencia de la DGV en algunas líneas que en otras, dentro de una misma raza, pero no es menos cierto que muchas veces, los perros afectados suelen pertenecer a un mismo propietario o viven en condiciones similares, con lo que es difícil separar los aspectos genéticos de los medioambientales, propiamente dichos.
Mientras los expertos se ponen de acuerdo sobre cómo prevenir la TORSIÓN DE ESTÓMAGO a nivel genético y familiar, hay toda una serie de recomendaciones y pautas a seguir para evitar que un perro la padezca en algún momento de su vida.
Los perros ansiosos se deberán alimentar por separado y en un ambiente tranquilo, al objeto de evitar que por disputarse la comida con otros, la ingieran demasiado deprisa y/o traguen excesivo aire
En el Bullmastiff esta es una condición relativamente frecuente, al igual que en muchas otras razas de tamaño bien variado (desde Cockers, Setters o Pastores alemanes hasta Mastines y otros grandes molosos). Por lo tanto es esencial observar todas las precauciones arriba indicadas y alimentar a los perros con alimentos secos de máxima calidad (¡ojo, no confundir calidad con precio!). Una buena pauta para distinguir cuáles son los alimentos más apropiados es comparar según las instrucciones de los diferentes fabricantes, aquellos que proponen una ingesta de mayores o menores cantidades en función de la edad, el s**o y el peso y quedarse siempre con los piensos cuya formulación implique un menor consumo por ración y día.
¿QUÉ ES?
Se trata de una condición grave o muy grave, dependiendo de que se trate de una dilatación, de una torsión parcial o de una torsión total del estomago, con serio riesgo para la vida del animal. Su incidencia es mayor en animales de peso superior a los 25 kilos, dado que la cavidad abdominal es mas amplia y el estomago está menos comprimido por otros órganos.
¿COMO SE PRODUCE?
Durante la digestión, el estomago --debido a una serie de factores--, rota sobre si mismo, por lo que la circulación sanguínea se ve parcial o totalmente interrumpida, lo que llega a desembocar en la muerte si no se logra dar salida a los gases acumulados como consecuencia de la rápida fermentación del alimento y el liquido ingeridos.
¿QUE LO DESENCADENA?
La ingestión precipitada de alimento, seguida de la desmesurada ingestión de agua, muchas veces inmediatamente después de haber realizado ejercicios mas o menos violentos a lo que se añade la producción exagerada de gases a los que el estomago no puede dar salida con la suficiente celeridad, por lo que el animal, sintiéndose incómodo insiste en beber y beber agua con lo que el estomago se dilata enormemente hasta acabar por rotar total o parcialmente sobre sí mismo, cerrando toda posibilidad al escape de gases razón esta que desencadena la sobreproducción de jugos gástricos y el reinicio de este ciclo vicioso.
¿CÓMO SE TRATA?
Cuando se detecta a tiempo (en el punto de la producción de gases), suele bastar con sondar al animal para ayudar a expulsar los gases rápidamente; si se desencadena la rotación parcial o total, se hace imprescindible una intervención quirúrgica URGENTE para restaurar el estomago a su posición normal y evitar el colapso del animal y, quizás, su muerte.
¿CÓMO SE PREVIENE?
No ejercitando al animal desde 1 hora antes y hasta 2 horas después de cada toma de alimento.
Controlando la ingestión de agua justo después de cada comida y evitando que beba grandes cantidades de cada vez.
Impedir que suba o baje escaleras, salte o corra con el estomago lleno.
En casos de alto riesgo (cuando pueda haber una condición hereditaria) repartir la ración diaria de comida
en dos o tres tomas, teniendo en cuenta que la toma nocturna (antes de irse a dormir) será la más abundante
Procurar alimentar al perro con piensos secos de muy alta calidad y digestibilidad y de gran concentración.
(formulaciones que eviten dosis totales diarias mayores de 500 gramos para perros de talla grande)
Mantener una discreta observación del animal durante los 60-90 minutos posteriores a cada comida.
No alimentar al macho ni a la hembra en las 3-4 horas anteriores y posteriores a una cópula programada
MUY IMPORTANTE: Hay que tener en cuenta que cualquier perro que supere una crisis de dilatación/torsión tiene mayor riesgo de que esta se repita en las semanas y meses posteriores, incluso si ha sido quirúrgicamente intervenido.