16/04/2023
Entre los meses de febrero y de abril aparecen las orugas procesionarias del pino, un peligro para animales que entran en contacto con ellas, especialmente, para los perros.
¿Qué es la procesionaria? 🐛
Conocida comúnmente como procesionaria, es un tipo de polilla que habita en los pinares del continente europeo.
Estas orugas resultan tóxicas y peligrosas, y cuando se mueven en su viaje hacia y por el suelo es relativamente fácil tropezarse con ellas, puesto que avanzan en procesión de ahí el nombre común por el que son conocidas: procesionarias.
Cuando los perros ven esa hilera de orugas en procesión no pueden evitar acercarse con curiosidad para olisquearlas. Si las huelen, las lamen o incluso si las comen, el contacto con la lengua, la boca o la nariz les provoca serias reacciones alérgicas, al igual que inflamación y problemas respiratorios. En el peor de los casos, las úlceras y lesiones surgidas tras el contacto pueden dar paso a una necrosis tisular.
Estos síntomas se producen porque los pelos de la procesionaria se clavan en la piel, en la zona de los ojos o en las mucosas, potenciando sus efectos, por lo que resulta importante localizarlos y eliminarlos si es posible. Pero además sólo por el simple contacto también se puede producir reacción.
❗ Pautas a seguir para evitar riesgos:
Evita en la medida de lo posible las zonas de coníferas o pinares, así como las áreas circundantes, puesto que pueden llegar a ellas pelos de procesionaria transportados por el viento.
⏩ No obstante, si sucede lo peor, aparta al perro del sitio donde haya tocado la oruga o el nido inmediatamente y retira los restos de pelos, orugas o secreciones con extremo cuidado.
También puedes lavar la zona afectada con un poco de agua templada para reducir los efectos de la toxina. Pero nunca frotes o solo conseguirás que los pelos se claven más en la piel o los tejidos. El veterinario determinará cuál es el tratamiento más adecuado.