23/12/2017
Jo qué bonitas palabras 😢
Hoy, 22 de diciembre, hace un año que mi perro Gimmo ya no está conmigo después de casi 17 años a mi lado. Para mí, fue mucho más que un perro: fue mi amigo, mi confidente, mi apoyo, mi hijo, mi hermano, mi vida… Recuerdo que, siendo una niña y sentada en el pupitre del instituto, contaba las horas para llegar a casa y abrazarlo. Ahora, ya pasada la treintena, daría todo por saber que él me está esperando detrás de la puerta. Siempre digo que muchos de los recuerdos más felices de mi vida lo incluyen a él, por lo que le estaré eternamente agradecida. Podía pasarme horas y horas mirándolo atentamente, estudiando sus movimientos y sus gestos. Todavía resuenan en mi mente sus suspiros mientras dormía o sus ladridos cuando reclamaba mi atención. Tenía la costumbre de cantarle canciones inventadas donde él era el protagonista, y así lo hice hasta el último momento, sosteniéndolo en mis brazos hasta que su luz se apagó. Era lo mínimo que se merecía después de haberme dado tanta felicidad, acompañarlo en ese momento como él hizo conmigo durante toda su vida. ¡Qué ironía que su corazón haya dejado de latir justo el día de la lotería nacional de Navidad! Pero, pensándolo bien, no es raro que se haya marchado ese día, porque, así, recordaré por siempre que la lotería me tocó el día que él llegó a mi vida. Gimmito mío, donde quiera que estés te sigo queriendo y siempre lo haré. Aunque haya pasado un año, te tengo presente en todo momento y no hay día que no me acuerde de ti. Te extraño y me cuesta creer que el mundo siga girando si tú ya no estás aquí. Mi súper caramelito, lo que daría por volver a ver tus ojos de canica.
Valentina Marta Rodríguez