17/09/2024
La adolescencia se produce entre los seis meses y los 18 meses de edad, un periodo en el que los tutores suelen tener más dificultades con sus perros. Algunos tutores se sienten tan abrumados y despreparados para esta etapa del desarrollo de su perro, que optan por entregar al animal a un refugio local o a un grupo de rescate. Un estudio reciente publicado en el Journal of Applied Animal Welfare Science encontró que la mayoría de los perros entregados (47.7 por ciento) tenían entre 5 meses y 3 años de edad (M.D. Salman, John G. New, Jr., Janet M. Scarlett, Philip H. Kass, Rebecca Ruch-Gallie y Suzanne Hetts, 2010).
La neurobiología de la adolescencia es fascinante, con algunos eventos clave que alteran tanto la estructura como la función del cerebro.
Durante la adolescencia canina, los cambios en las hormonas s*xuales afectan las respuestas al estrés del animal. Los perros adolescentes tienen una capacidad disminuida para procesar la información que reciben del entorno, incluyendo la presencia de otros perros, vehículos, personas o prácticamente cualquier cosa a su alrededor. Se comportan de maneras que pueden resultar frustrantes o molestas para sus dueños.
La conectividad entre la corteza frontal (responsable de la toma de decisiones) y la amígdala (responsable del procesamiento emocional) disminuye, lo que resulta en un menor control del comportamiento. Observamos un aumento en la toma de riesgos y una mayor sensibilidad al miedo.
¿Qué significa esto? Esto podría indicar que cosas que antes no significaban nada para el perro ahora le parecen aterradoras; lo que antes era fácil ahora se siente estresante; lo que antes tenía sentido ahora es confuso. A veces, el mundo puede parecer "demasiado" para el perro adolescente.
A medida que tu cachorro atraviesa esta transición hacia la adultez, su mundo interior es intenso, incluso caótico. Muchos dueños de mascotas experimentan un aumento en comportamientos indeseables y se sienten cada vez más frustrados. A su vez, nuestra propia frustración e impaciencia pueden llevarnos a actuar de manera impredecible, lo que contribuye a la agitación interna de nuestro cachorro. Cuando tanto lo interno como lo externo son impredecibles, puede ser difícil para nuestros perros adaptarse.
Si tienes un perro adolescente, ¿qué puedes hacer? Puedes darle a tu perro el tiempo y el espacio para observar lo que sucede a su alrededor cuando esté con correa y a una distancia segura de la actividad, cuando sea posible. Puedes llevar a tu perro a paseos largos para que olfatee y explore la naturaleza, permitiendo que su cerebro se relaje. Puedes ofrecerle un espacio tranquilo para dormir, de modo que pueda consolidar sus recuerdos de manera efectiva. Puedes continuar entrenando diversas habilidades, desglosándolas en pasos más fáciles que puedan ser reforzados generosamente.
Al entender lo que está experimentando nuestro perro adolescente, adquirimos mayor compasión y comprensión. Cuando abordamos la adolescencia con paciencia, creamos un mundo predecible y amable, de modo que nuestros cachorros crezcan para convertirse en sus mejores versiones adultas.
Adolescence occurs between six months and 18 months of age—a time when guardians typically struggle the most with their dogs. Some guardians are so overwhelmed and underprepared for this developmental stage of their dog’s life, they choose to surrender the dog to a local shelter or rescue group. In a recent study published in the Journal of Applied Animal Welfare Science found that the majority of the surrendered dogs (47.7 percent) ) were between 5 months and 3 years of age (M.D. Salman,John G. New, Jr.,Janet M. Scarlett,Philip H. Kass,Rebecca Ruch-Gallie &Suzanne Hetts, 2010)
The neurobiology of adolescence is fascinating, with some key events that alter both the structure and function of the brain.
During canine adolescence, changing s*x hormones effect the animals stress responses. Adolescent dogs have a decreased ability to process information they are receiving from the environment including the presence of dogs, vehicles, people, or really anything around them. They behave in ways that might feel frustrating or upsetting for the dog’s person.
The connectivity between the frontal cortex (responsible for decision making) and amygdala (responsible for emotional processing) decreases, resulting in less behavioral control. We see increased risk taking and more sensitivity to fear.
So what does this mean? This could mean that what was once no big deal to the dog now feels scary; what was once easy to do is now stressful; what once made sense is now confusing. At times, the world can feel like ‘too much’ for the adolescent dog.
As your puppy undergoes this transition into adulthood their inner world is intense, even chaotic. Many pet owners experience an increase in undesirable behavior and find themselves becoming increasingly frustrated. In turn, our own frustration and impatience can cause us to act unpredictably. This adds to our puppy’s inner turmoil. When the inside and the outside are both unpredictable it can be difficult for our dogs to adjust.
If you have an adolescent dog, what can you do? You can give your dog the time and space to observe what is going on around them when on leash at a distance away from the activity when possible. You can give your dog long walks to sniff and explore in nature, giving their brain time to decompress. You can offer your dog a quiet space to sleep so that they can consolidate memories effectively. You can continue training various skills, breaking them down into easier steps that can be generously reinforced.
By understanding what our adolescent dog is experiencing we gain greater compassion and understanding. When we approach adolescence with patience we create a world that is predictable and gentle so our puppies grow up to be their best adult selves.