18/01/2019
Tomado del perfil de una colega pero me gusto.
Sospecho que es difícil amar a alguien en el campo de la Medicina Veterinaria.
Nos levantamos temprano y no tenemos tiempo para tomar un café y leer el periódico, llegamos tarde a casa y estamos cansados, cansados para cocinar o incluso para comer con nuestra familia, platicar, reír y ver la TV, trabajamos horas extra porque sabemos que hay animales enfermos que nos necesitan y somos todo lo que tienen.
Muchas veces nos perdemos eventos, paseos, visitas a la familia o a los amigos, vacaciones, cumpleaños, incluso programas de TV favoritos, Navidades o Año Nuevo, pensamos en nuestros pacientes día y noche, incluso cuando dejamos la clínica, preguntándonos si en verdad los estamos ayudamos o que nos falta por hacer.
No queremos hablar cuando llegamos a casa, pues hemos hablado todo el día. No queremos movernos cuando llegamos a casa, nos hemos movido todo el día.
Puede parecer que hemos dejado todo nuestro cuidado, nuestro corazón, y nuestro amor en el trabajo, y luego hemos vuelto a casa vacíos, sin ganas, sin fuerza física y mental, probablemente lo hemos hecho.
Lo que no te decimos que muchas veces es que en el trabajo estamos atrapados por la ansiedad y estamos asustados; muy asustados de que nos esté faltando algo, asustados de que dejemos caer a nuestro paciente, nuestros pacientes son nuestras familias, también, nuestro nuevos amigos a quienes hay que ayudar y somos los únicos que estamos a su lado en sus peores momentos, incluso, cuando hay que dejar este plano.
No te decimos cómo algunos de nuestros pacientes están muriendo y esto nos pone muy, muy tristes. No compartimos con ustedes cómo nuestros corazones se derriten cuando nuestros pacientes nos dan ese beso amoroso o mueven la cola, que hace nuestro día a pesar de que todavía sabemos que se sienten terribles y no pueden decirnos por qué, solo tenemos que usar nuestra experiencia y hacer lo nuestro, dar lo mejor, para con ellos.
Tenemos que ser el que se ocupa de todo, necesitando a alguien más que se haga cargo de los detalles porque para nosotros ya es agotador. Me gustaría dar las gracias a los que nos aman y comprenden nuestro trabajo sin horarios, a nuestra familia y amigos! También me gustaría dar las gracias a todos los profesionales de la salud veterinaria que se han sacrificado y lo harán de nuevo sin dudarlo.
Gracias a todos esos profesionales que aun sin comer, dormir, con sus días malos, muy malos y buenos, están ahí para ayudar a quién no tiene voz, a quién pide ayuda con una mirada y lo agradece con una colita feliz.