20/10/2018
IDENTIFICACIÓN, CLASIFICACIÓN Y TRATAMIENTO DE CUADROS DE TOS EN EL PERRO.
ASPECTOS CLÍNICOS
Dr. Enrique Ynaraja Ramírez
La tos es un signo clinico muy frecuente en la clínica de pequeños animales, especialmente en el perro. Existe un gran número de patologías cardiovasculares y pulmonares o respiratorias que pueden cursar con tos y que afectan a menudo a los pacientes de mayor edad, aunque también encontramos problemas agudos en animales jóvenes con bastante frecuencia y es necesario realizar una buena anamnesis y exploración clínica así como programar las pruebas complementarias necesarias para establecer un correcto diagnóstico antes de recomendar un simple tratamiento sintomático que pueda enmascarar una patología grave y poner en peligro la vida del animal al retrasar el tratamiento más adecuado.
La presencia de tos no es siempre evidencia de laringotraqueitis infecciosa o en términos generales de infecciones vírico-bacterianas agudas de vías respiratorias altas, especialmente es importante tener este aspecto en cuenta en perros geriátricos donde hay un gran número de frecuentes patologías cardiovasculares y respiratorias que cursan con tos crónica como signo más característico.
La tos es un acto reflejo que responde a la irritación de la mucosa respiratoria. Comienza con una inspiración profunda y es seguida por una espiración forzada con la glotis cerrada. La glotis se abre entonces súbitamente y produce una salida explosiva de aire a gran velocidad. Generalmente, aunque no de forma exclusiva, es un síntoma que se relaciona con enfermedades del aparato cardiorrespiratorio y entre ellas las más frecuentes en animales geriátricos son las enfermedades valvulares cardíacas crónicas y algunas de las enfermedades respiratorias obstructivas crónicas, entre animales jóvenes los problemas infecciosos son los que ocupan el primer lugar en la lista de causas habituales.
Las causas posibles de tos en el perro y el gato son múltiples. Se pueden dividir en categorías para ayudar al diagnóstico diferencial.
Causas más frecuentes de tos en perros y gatos
• INFLAMACIONES
Faringitis
Tonsilitis
Traqueobronquitis
Bronquitis crónica
Neumonías (Bacterias, virus, hongos)
Fibrosis pulmonar crónica
Colapso de tráquea
• NEOPLASIAS
Primaria
Mediastínica
Metastática
Traqueal
Laríngea
Linfomas/Linfosarcomas
• CARDIOVASCULARES
Insuficiencia cardiaca congestiva (ICC)
Cardiomegalia
Edema pulmonar
• ALERGIAS
Asma bronquial
Neumonía eosinofílica
• TRAUMATISMOS
Trauma
Cuerpo extraño
Gases irritantes
Neumonía por aspiración
• PARÁSITOS
Larva migrans
Filarias
No se puede asumir que existe una única etiología o una única vía común final para explicar el gran número de afecciones cardiorrespiratorias que padecen, principalmente, los perros geriátricos. En muchas ocasiones pudiera resultar de una combinación de factores genéticos y medioambientales, incluyendo infecciones, alergias, respuestas a contaminantes químicos y deficiencias de nutrientes y micronutrientes. La aproximación al paciente con tos comienza por una cuidadosa anamnesis. Frecuentemente la tos es un síntoma difícil de identificar para los propietarios. Muchas veces es confundida con regurgitación, vómitos, náuseas, respiración dificultosa, etc. Algunos animales con tos muy forzada pueden llegar incluso a vomitar sin que tengan ningún tipo de patología gastrointestinal, lo que dificulta aún más el cuadro. También es importante destacar que en algunos casos y aunque la queja principal sea tos crónica, el problema primario puede ser ajeno al sistema cardiopulmonar.
Un ejemplo es la presencia de megaesófago, que habitualmente provoca neumonía por aspiración y por lo tanto tos crónica. También es interesante relacionar en el tiempo la tos con otros signos de enfermedad cardiorrespiratoria, como disnea, cianosis o fatiga (intolerancia al ejercicio físico y/o el estrés). Es, por lo tanto, muy importante interrogar detalladamente al propietario. Necesitamos saber si la tos es seca o húmeda, productiva o no productiva, intermitente o paroxística, diurna o nocturna; si se relaciona con el esfuerzo, con la excitación, con la comida o la bebida, con alguna época determinada del año etc.
Así por ejemplo, la tos nocturna suele asociarse a enfermedades cardiacas y al colapso de tráquea (colapso funcional de mucosa traqueal dorsal), mientras que la tos debida a neumonías suele empeorar durante el día. La tos húmeda suele ser debida a la presencia de líquido en el espacio alveolar, como ocurre en bronquiectasias, neumonías y en el edema pulmonar.
La tos seca, por el contrario, sugiere bronquitis, traqueobronquitis, tonsilitis, alergias o neoplasias.
En los procesos que cursan con producción de edema, material mucopurulento o hemorragias, la tos se acompaña habitualmente de expectoración, aunque a menudo pueda resultar complicado observar el material productivo, porque la mayoría de los perros lo tragan al llegar a la faringe. Para la mayoría de los autores, sin embargo, desde el punto de vista diagnóstico, las características de la tos en la práctica diaria no tienen tanta importancia como el averiguar si aquello que está describiendo el cliente es realmente tos o si se trata de otro síntoma diferente.
Es habitual que cuando un perro tose la gente se refiera a la tos como vómitos, náuseas, o "debe haberse clavado un hueso en la garganta". Si no profundizamos en la descripción del proceso corremos el riesgo de seguir un protocolo diagnóstico equivocado. También resulta conveniente relacionar la tos con los factores medioambientales. Los animales geriátricos que han vivido en áreas urbanas toda su vida pueden desarrollar enfermedades respiratorias crónicas a causa de la contaminación atmosférica, por el contrario, los que viven en zonas rurales son más susceptibles de sufrir neumonías, cuerpos extraños y alergias.
Dentro de una misma área geográfica, los animales que viven en pisos tienen con menos frecuencia filarias que los que viven fuera. También estas cuestiones afectan a los gatos: si conviven con más ejemplares de su raza, frecuentemente padecen enfermedades víricas respiratorias, especialmente si no han sido vacunados.
La edad es, evidentemente, un factor a tener muy en cuenta. Hay muchos problemas respiratorios que se relacionan con el envejecimiento, como las enfermedades crónicas obstructivas, bronquitis crónica y una mayor susceptibilidad a sufrir infecciones respiratorias. Con la vejez aumenta la viscosidad de las secreciones bronquiales, empeora la función del aparato mucociliar, disminuye la actividad de las células epiteliales ciliadas y la cantidad de musculatura lisa en los bronquios.
El pulmón viejo se caracteriza por ser menos eficaz en la expulsión del aire y en la capacidad de difusión a través de la membrana capilar alveolar. Con el tiempo aumenta el peso del pulmón y la frecuencia respiratoria se eleva en un intento de compensar esta pérdida de funcionalidad senil. Los músculos respiratorios se atrofian y debilitan, el cartílago costal se calcifica y aumenta progresivamente la rigidez de la pared torácica.
Tras la anamnesis completa, debemos realizar también una exhaustiva exploración física, con especial detenimiento en el examen cardiovascular y pulmonar (color de mucosas, tiempo de llenado capilar, auscultación cardíaca y pulmonar, frecuencia respiratoria, pulso, palpación traqueal, etc.). Las pruebas complementarias incluyen radiografías de tórax (siempre que sea posible se harán las dos proyecciones: latero-lateral y dorso-ventral o ventro-dorsal) y de la región cervical, electrocardiografía, un análisis de sangre, otro de o***a y un test de filarias. A veces, además, es preciso realizar otras técnicas diagnósticas más complejas como puedan ser: ecocardiografía, lavado traqueal, broncoscopia o punción aspiración pulmonar.