01/10/2022
A ti, que llamas sólo para preguntar el precio y te escandalizas. No tienes ni idea lo duro que es a veces ser CUNICULTOR. No tienes ni idea lo que cuesta que un conejito llegue a los dos meses y se pueda ir a su nueva casa. Hay muchos que se quedan por el camino y mueren en tus manos. A ti, que recalcas que los has visto más baratos. No tienes ni idea. Ni idea de los gastos que lleva una camada. Ni del antes y el después. De todos esos años antes y después que vive la madre y el padre de la camada porque en la casa de un cinicultor que ama a sus conejos, ellos mueren de viejitos. pues es como comparar a un artesano con una fábrica en cadena. No, no tienes ni idea, cuando piensas que esto es sólo un negocio, que vivimos de nuestros conejos. Te corrijo, vivimos por y para nuestros conejos. Son 365 dias, 24 horas. No hay 8 horas de trabajo y después vas a tu casa y te olvidas de todo. No, ellos no entienden de fines de semana, festivos o si te duele la cabeza. Toda tu vida cambia cuando decides ser cunicultor. Cambia tu casa rotundamente, También tu coche cambiará, si te gustaban los deportivos mamalones, ahora tendrás una furgoneta sin asientos para que quepan las transportadoras. Tu factura de la luz y del agua se disparará. Serás un accionista de las marcas de purina, malta cleyton agromas etc... Verás menos a tu familia y amigos y cuando quedes con ellos seguro que serás el último en llegar pues tenías que dejar a tus conejos listos antes de marcharte. Si tienes pareja, tiene el cielo ganado pues tiene una paciencia infinita. Y eso con suerte, porque con la vida que llevamos, lo más normal es quedarse soltero. No, no somos fáciles de entender. No es fácil entender que, siendo sinceros, anteponemos nuestros conejos a cualquier cosa y llegados a un punto, a cualquier persona. Pero amamos lo que hacemos y por eso lo hacemos porque es algo a lo que le pones todo tu corazón y no se puede concebir de otra forma. No, no tienes ni idea, si después de hablar con un cunicultor y escucharle hablar de sus conejos o visitar su casa o granja, piensas que sólo son animales de producción. No pedimos reconocimiento extra o que sientas pena, lástima o compasión, pero sí que no eches por tierra lo que hacemos y amamos.
Gracias a Dios, hay muchas personas que sí valoran nuestro esfuerzo y cuando incorporan a sus vidas un conejito criado por ti, aprecian todo el trabajo que hay detrás para que ahora disfruten de ese terremoto que es un orgullo de quizá décadas de dedicación. Gracias a todas esas personas que siguen comprando al mismo cunicultor y te recomiendan a todo aquel que le preguntan. Gracias, pues para un cunicultor no hay nada mejor que ver a clientes contentos con sus conejos felices y disfrutando en su nueva casa. Soy cunicultor y me siento orgulloso de ello.