28/07/2017
Sara y el héroe peludo.
La Perruqueria Ensenada. Estética Canina.
En un lugar muy cerca de aquí vivía Sara, una niña de 7 años que no tenía miedo de conocer a otros niños ni de participar en clases, era muy valiente y decidida, amable con todos y graciosa, pero Sara le tenía miedo a una sola cosa, y eso era a los perros, que con sus grandes dientes la llenaban de terror, apenas veía alguno acercarse juguetón a ella.
Tienen enormes dientes –le decía a su mamá asustada- podrían morderme.
Y aunque su madre, cariñosa y paciente, le explicaba que aquello no era muy probable, Sara seguía asustada escondiéndose detrás de ella. Así pasó un buen tiempo entre el colegio, los deportes y el miedo de Sara por los perros, hasta que un buen día ella se encontraba en la calle frente a su casa jugando con sus amigos del vecindario a la pelota.
El día estaba soleando y fresco, y era ideal para cualquier actividad como pocos realmente lo eran, así que casi todos estaban en los patios y garajes de sus casas haciendo actividades sencillas y disfrutando de aquel domingo.
Todo estaba en calma hasta que, de pronto, la pelota salió volando del camino. Sara, sin fijarse, corrió a buscarla sin darse cuenta de que un coche se acercaba a alta velocidad. Cogió la pelota y se quedó paralizada mirando cómo se acercaba el coche rápidamente, cuando de pronto sintió que algo la sacaba del camino. Sara cerró los ojos con fuerza unos segundos, hasta que una lágrima en la mejilla la hizo reaccionar.
Cuando abrió los ojos lo primero que vio fue a un peludo perro de pelo marrón. Aquello la asustó de nuevo y comenzó a llamar a su mamá, la cual llegó rápidamente a su lado para abrazarla mientras ella lloraba del susto.
Todo aquello habría sido terrible si aquel perro no la hubiera salvado, y Sara se dio cuenta de ello mientras abrazaba fuertemente a su mamá y comenzaba a calmarse.
El perro me salvó mamá –dijo Sara con los ojos húmedos- Tuve mucho miedo, y él me salvó.
Lo sé mi niña-contestó su mamá- yo lo vi.
Entonces Sara se giró hacia donde se suponía que estaba su héroe, pero no había nadie. Miró en todas las direcciones y lo vio a lo lejos caminando con la cabeza agachada, como perdido y triste. Tras esto, Sara tomó la mano de su mamá y corrió a buscarlo.
Eres mi héroe-le dijo Sara abrazando a perrito.
¿No tienes miedo hija? – preguntó su mamá sorprendida.
Él es mi héroe mamá, no es como los perros que me dan miedo- dijo .tranquilamente Sara- sé que él no me haría daño, su dueño debe haberlo criado bien.
El perro movió contento su cola y lamió su mejilla en respuesta a lo que ella decía. Mientras tanto, la mamá de Sara se fijaba en él. El perro estaba sucio y bastante flaco, y en su cuello no había collar: parecía un perro callejero.
No tiene dueño Sara- dijo su mamá un poco apenada- ¿Quieres adoptarlo?
Sara se emocionó de inmediato por tener a un amigo tan valiente y bueno como aquel lindo perrito que la había salvado aquella tarde. Un perro que la había hecho superar su miedo a los perros, demostrándole que estaba equivocada y que no había en el mundo seres más buenos y valientes que ellos, y sobre todo como él, que era ahora un héroe…Un héroe peludo.