29/05/2024
Por qué un cachorro vacunado puede enfermar de parvovirus?
15 Mayo 2024
El verano es una época propicia para el incremento de la incidencia de parvovirus en perros, principalmente cachorros, debido a las condiciones de calor y humedad favorables al virus, el cual puede resistir durante más tiempo fuera del huésped. La transmisión y contagio pueden ser, por tal motivo, no solamente a través del contacto directo con un perro enfermo: también puede ser a través del contacto con heces contaminadas (en un parque, por ejemplo) o incluso a través de la ropa o zapatos de las personas. Debemos decir que los perros adultos pueden infectarse del virus, y por tanto ser fuente de contagio, aun sin presentar signos clínicos de la enfermedad.
Un cachorro, al nacer, aún no tiene completamente desarrollado su sistema inmunitario, por eso necesita los anticuerpos que la madre le proporciona, ya que su cuerpo no es capaz de combatir una infección tal y como lo haría un animal adulto. Antes de nacer existe un paso de anticuerpos maternales a través de la placenta hacía el feto, de todas formas tanto en perros como en gatos, por vía transplacentaria únicamente pueden pasar el 5-10% de los anticuerpos necesarios para poder tener una buena inmunidad frente a infecciones. ¿Cómo se obtiene el resto de la inmunidad? Durante las últimas semanas de gestación, la madre va acumulando anticuerpos, también conocidos como inmunoglobulinas (Ig) en la glándula mamaria. Estas inmunoglobulinas formarán parte de lo que llamamos calostro. El calostro es lo primero que la madre secretará de sus mamas una vez el cachorro haya nacido. ¿Cómo absorbe el cachorro estos anticuerpos? Las inmunoglobulinas para ser efectivas necesitan absorberse sin que el intestino del animal las destruya. Durante las primeras 24 horas de vida, el recién nacido no tiene el sistema digestivo desarrollado del todo, es por eso que los anticuerpos se pueden absorber sin que se vean alterados, y el animal puede llegar a tener un nivel de defensas similar al de la madre. Pasadas las primeras 24 horas y hasta las 48 horas de vida aún puede seguir asimilando una parte de los anticuerpos presentes en el calostro. Pasado este tiempo, aunque la madre siga secretando calostro, el cachorro ya tendrá el sistema digestivo más desarrollado y destruirá los anticuerpos antes de absorberlos, siendo estos de poca utilidad. ¿Cuánto dura la inmunidad maternal? Esto depende mucho de la cantidad de anticuerpos que la madre le haya transferido al cachorro, y de si éste ha tomado el calostro adecuadamente, dentro de las primeras horas de vida. Además puede variar entre especies, por ejemplo, en el perro la inmunidad materna suele durar entre 10 y 12 semanas. ¿Entonces, cuándo debo vacunar a mi cachorro? Es importante tener en cuenta que los anticuerpos maternales pueden interferir con la vacuna, por este motivo, se tiene que encontrar un punto en el cual las inmunoglobulinas aportadas por el calostro hayan disminuido, pero que el cachorro no se encuentre desprotegido.
Como se puede observar en esta gráfica, el porcentaje de anticuerpos del cachorro va disminuyendo con el tiempo, es por eso que es necesario vacunarlo una vez que se considera que la vacuna no será inhibida. En general, la primera vacuna deberá aplicarse entre las 4 y las 8 semanas de edad; se utilizan vacunas con alta concentración de anticuerpos (llamadas puppy), tratando de sobrepasar desde esta primera aplicación los anticuerpos maternos. Si esto no se logra, estos anticuerpos maternos inhibirán la respuesta del sistema inmunológico por lo que no habrá una respuesta inmune, es decir, no se formarán anticuerpos y por lo tanto, el cachorro seguirá protegido únicamente por los anticuerpos maternos. Como muestra la gráfica anterior, dichos anticuerpos maternos seguirán disminuyendo, por lo cual llegará el momento en el cual el cachorro ya no tendrá protección ni de estos anticuerpos ni de anticuerpos propios. Por otro lado, si la primera vacuna logra sobrepasar la barrera de anticuerpos maternos, entonces el cachorro desarrollará los anticuerpos propios y quedará entonces protegido (inmunizado).
De acuerdo a la historia de vacunación de la madre y tratando se no dejar al cachorro sin protección, se elabora un calendario de vacunación, debiendo aplicar una segunda vacuna dos o tres semanas después de la primera; de esta forma, es posible que si el cachorro no se inmunizó con la primera dosis, en esta segunda oportunidad pueda lograrse. El principio es el mismo: la vacuna debe traspasar el umbral de protección de los anticuerpos maternos, pero debido a que estos han seguido disminuyendo, la posibilidad de lograrlo será mayor.
Hay algunos cachorros que tendrán mayor cantidad de anticuerpos maternos (por ejemplo, aquellos que han mamado mas calostro) por lo que la respuesta inmunológica puede ser diferente en cada individuo de una misma camada. Hay también cachorros que tardan mas tiempo en madurar su sistema inmunológico, por lo cual la respuesta a la vacunación será retardada. Por ejemplo, basados en la gráfica anterior, podemos pensar que los cachorros que no han tenido la oportunidad de mamar calostro serán más susceptibles de contraer la enfermedad pero también tendrán mayor oportunidad de ser inmunizados con la primera vacuna que reciban.
La respuesta del sistema inmunológico ante la vacunación no es inmediata, puede tardar de una a tres semanas, por lo cual la protección tardará este período de tiempo en desarrollarse. La recomendación del médico veterinario es no exponer al cachorro a posibles fuentes de infección (parques, eventos donde asistan muchos perros, etc) hasta no tener al menos tres dosis de vacuna. Para mantener la inmunidad durante toda la vida del animal se recomienda revacunarlo anualmente, ya que así se evita que los anticuerpos disminuyan con el paso del tiempo y el animal no queda expuesto a contraer ninguna de estas enfermedades cuando sea adulto.
Por último, apuntar que las vacunas no evitan que una mascota se infecte; al momento en que los virus entran al organismo, son reconocidos por el sistema inmune y neutralizados. Durante este tiempo, el perro será una fuente de contagio para otros perros. Algunas cepas de nueva aparición son mas virulentas (agresivas) y no podrán ser controladas por el sistema inmune, por lo cual producirán infección y enfermedad.
El éxito en el tratamiento de una mascota infectada con parvovirus dependerá en mucha proporción de la capacidad del sistema inmune, por lo cual deberá consistir en proporcionar los elementos necesarios para que el organismo enfrente esta agresión con éxito.
En resumen, debemos considerar estos puntos:
1. Estamos en una zona tropical con condiciones de temperatura y humedad propicias para la sobrevivencia del parvovirus
2. La transmisión es a través del contacto diracto, pero también de objetos contaminados con excremento de un animal infectado.
3. La vacunación es un método eficaz para evitar la enfermedad, no la infección
4. El éxito de las vacunas dependen de la respuesta individual del sistema inmunológico
5. Un cachorro puede enfermar aun con vacunas aplicadas, debido a la respuesta individual a estas, a la tasa de exposición y a la virulencia de la cepa
6. Recurra siempre a un médico veterinario para vacunar a su mascota. Los MVZ estas capacitados y entienden todos los eventos inmunológicos que se llevan a cabo, no solo aplican vacuna.
Créditos a Erick Mejia
Rotts House Aviles