21/06/2023
PIÓMETRA
El término piómetra se refiere a un útero lleno de pus, y se asocia con cambios ováricos y problemas extrauterinos. Durante mucho tiempo a la enfermedad le han dado varias sinonimias, como hiperplasia endometrial quística, endometritis catarral o endometritis quística crónica. Actualmente se sabe que el proceso patológico involucra varios estados y en algunos de ellos, no en todos, se puede encontrar la hiperplasia endometrial quística. Además, este cambio patológico también puede estar presente en hembras sanas, sin que en forma obligada se relacione con enfermedad, por lo cual no debe considerarse como sinónimo.
Cuando una infección bacteriana se presenta al mismo tiempo que la hiperplasia endometrial, entonces el proceso es conocido como piómetra, la enfermedad es sistémica y puede afectar a varios órganos.
Según la clasificación de Dow, los cambios patológicos del útero de perras con piómetra se pueden clasificar en cuatro tipos diferentes, los cuales son:
🔷Tipo I. Involucra una hiperplasia endometrial quística, la cual ocurre en perras de mediana edad. En esta fase el endometrio se encuentra engrosado y marcado con numerosos quistes translúcidos.
🔷Tipo II. Ocurre solamente durante el diestro, cuando el cérvix está relajado y patente (manifiesto, perceptible). En esta fase se encuentra presente un infiltrado difuso de células plasmáticas, además de la hiperplasia endometrial quística.
🔷Tipo III. La hiperplasia endometrial quística se acompaña de una reacción inflamatoria aguda del endometrio. El tamaño del útero es proporcional a la patencia del cérvix. Las perras afectadas normalmente manifiestan signos clínicos alrededor de 8 semanas después del último celo.
🔷Tipo IV. Involucra una endometritis crónica, y el cérvix puede estar abierto o cerrado. Si el cérvix se encuentra abierto se presenta la descarga va**nal crónica, los cuernos no se encontrarán aumentados de tamaño pero sus paredes estarán engrosadas con hipertrofia miometrial y fibrosis, y existirá pus en pequeñas cantidades.
Si el cérvix está cerrado, el útero se encontrará muy distendido y sus paredes delgadas. El endometrio está atrofiado y existe un infiltrado de linfocitos y células plasmáticas. Es conveniente aclarar que la hiperplasia o la hipertrofia endometrial son eventos que se presentan en muchas perras mayores de 3 años de edad, y prácticamente se presenta en todas las perras mayores de 5 años. Por sí misma, la hiperplasia endometrial no representa un problema para las perras y es reversible.
Sin embargo, las glándulas endometriales hipertróficas o hiperplásicas tienen un incremento en su actividad secretora, pudiéndose acumular un fluido estéril en el lumen uterino y con esto ocasionar una hidrómetra o mucómetra. Los únicos signos clínicos de la hidrómetra o mucómetra son distensión abdominal con o sin descarga va**nal mucosa. Los signos sistémicos de enfermedad están ausentes.
En las gatas, las áreas focales de proliferación de pólipos se presentan con más frecuencia que la hiperplasia endometrial quística difusa. Los quistes localizados se intercalan con tejido endometrial normal. También se pueden presentar quistes largos adheridos por pequeños pedículos, los cuales por lo general son asintomáticos, a menos que la torsión de un quiste pedunculado ocasione hemorragias.
✳ETIOLOGÍA.
Se puede considerar que la piómetra es una enfermedad del diestro, cuando el cuerpo lúteo se encuentra secretando progesterona en forma activa, con el subsecuente incremento de la secreción de las glándulas uterinas, la inhibición de la contracción miometrial y el mantenimiento del cérvix cerrado. La progesterona ovárica o la progesterona exógena pueden mantenerse presentes para el desarrollo de la enfermedad. Los estrógenos solos, administrados a hembras ovariectomizadas, provocan una hiperplasia endometrial crónica ligera y hacen que la cantidad de progesterona requerida para producir piómetra sea menor. Los estrógenos sensibilizan al útero para el desarrollo de la piómetra.
Por un tiempo se pensó que el exceso de progesterona o el exceso de estrógenos eran la causa de los casos de piómetra ocurridos en forma natural. Sin embargo esta teoría quedó descartada cuando se hizo posible la medición de los niveles hormonales en la sangre, encontrándose que no había diferencias significativas en las concentraciones séricas, tanto de hembras enfermas como de hembras sanas. Por lo tanto, se llegó a la conclusión de que la etiología es un defecto del metabolismo de la progesterona y los estrógenos en el útero durante el diestro.
Los receptores celulares en las hembras con piómetra pueden tener un incremento en su afinidad por la progesterona, o bien pueden mantener una influencia prolongada sobre el endometrio uterino. Ésta es la razón por la cual en términos generales, no se considera que se necesite una producción hormonal endógena exagerada para el desarrollo de la enfermedad. El por qué algunas hembras desarrollan está respuesta patológica y otras no, es desconocido. Lo que sí es cierto es que en cada ciclo estral el útero es sometido a una influencia hormonal y poco a poco se va sensibilizando hasta que se desarrolle la hiperplasia endometrial. Ésta es reversible, pero en los siguientes ciclos se presentará la hiperplasia con más facilidad. Es por esto que las perras mayores de 5 años de
edad tienen mayor predisposición a enfermarse que las perras jóvenes.
La piómetra se considera un proceso irreversible (si no se da algún tipo de tratamiento) que se mantiene aun cuando ya haya desaparecido el cuerpo lúteo en el promedio normal de 60 días después de ocurrida la ovulación.
Para comprender mejor los mecanismos que intervienen para el desarrollo de piómetra es necesario recordar la acción de cada una de las hormonas involucradas.
🔷La progesterona estimula la proliferación de las glándulas endometriales, ocasionando hipertrofia e hiperplasia e incrementa su actividad secretora, lo que favorece la producción y acumulación de fluido (leche uterina) en el útero. Además mantiene cerrado el cérvix e inhibe la contracción del miometrio, impidiendo así el adecuado drenaje de las secreciones uterinas.
Bajo influencia principalmente de progesterona, la piómetra será a cuello cerrado y será el útero más susceptible a infecciones bacterianas. Los cambios endometriales inducidos por la progesterona desaparecen al tiempo en que sus concentraciones disminuyen en el organismo.
🔷Los estrógenos tienen algunos efectos antagónicos a los de la progesterona. Éstos promueven e incrementan la vascularidad, edema y crecimiento del endometrio, útero y cérvix. También favorecen la dilatación y relajación del cérvix y el incremento de las contracciones uterinas, promoviendo así el drenaje del contenido uterino. Además aumentan la concentración de neutrófilos dentro del lumen uterino, incrementando así el ambiente bactericida del útero durante el estro. Los estrógenos a su vez sensibilizan al útero para la acción de la progesterona.
La piómetra, bajo influencia predominantemente de estrógenos será a cuello abierto y por lo tanto, menos grave. Se puede inducir el desarrollo de piómetra cuando se administran compuestos progestacionales de larga acción, los cuales en un inicio provocan únicamente una hiperplasia endometrial quística.
◾La actividad biológica de la medroxiprogesterona en perras representa cerca de 24 a 48 veces la actividad de la progesterona producida en forma natural. La administración de compuestos progestacionales de corta acción cuando las concentraciones de los estrógenos endógenos son altas, también pueden causar piómetra.
◾Por su parte el estradiol provoca un incremento en el número de receptores endometriales para estrógenos y progesterona, por lo que el uso de ciprionato de estradiol durante el diestro, como anticonceptivo, también aumentará la predisposición a piómetra.
Se ha visto que el 25 % de las perras a las que se administró ciprionato de estradiol desarrollaron piómetra. Aun cuando la infección no es la causa primaria o inicial de la piómetra en perras y gatas, ésta siempre se encuentra presente y es la causa de la mortalidad que se presenta en esta enfermedad. Como ya se mencionó, el útero que se encuentra bajo el efecto de la progesterona es más susceptible a la infección, probablemente debido a una inhibición de la respuesta de leucocitos y a la mayor entrada de antígenos de E.coli que ocurre en el útero al inicio del diestro.
La piómetra es fisiopatológicamente diferente de otras infecciones uterinas como la metritis que se presenta posparto, la cual ocurre en una etapa diferente del ciclo estral. En la piómetra, las bacterias son oportunistas y ascienden desde la va**na, aislándose por lo general en las perras y en las gatas, los microorganismos que constituyen la flora va**nal normal.
La bacteria más comúnmente aislada del útero de perras con piómetra es la E.coli. Otras bacterias cultivadas incluyen Streptococcus hemoliticus, Staphilococcus, Klebsiella, Pasteurella, Pseudomonas, Proteus,Moraxella, Aerobacter, Haemophilus y Serratia.
En raras ocasiones el útero puede encontrarse estéril, pues en los cultivos aeróbicos probablemente no exista ningún crecimiento. Sin embargo, las infecciones anaeróbicas pueden estar presentes, incluyendo aquí al Clostridium, Bacteroides, o alguna otra bacteria. Se han documentado casos de endotoxemia en perras con la enfermedad.
Por otra parte, se han aislado bacterias en el 68 al 85% de los úteros de las gatas con piómetra. Los organismos cultivados incluyen E.coli (al igual que en las perras, es la más aislada), Staphilococcus, Streptococcus, Pasteurella, Klebsiella, y Moraxella. Del 15 al 31% de las gatas afectadas han resultado negativas al crecimiento de bacterias en los cultivos aeróbicos.
La piómetra felina no se ha asociado a enfermedades inmunodepresoras como la leucemia o el síndrome de inmunodeficiencia.
Se sabe que las gatas tienen un ciclo estral con ovulación inducida, es decir, se presenta como resultado de un reflejo neuroendócrino iniciado por una estimulación mecánica de la va**na y del cuello de la matriz. Esta información sensitiva hace que la hipófisis libere la hormona luteinizante, lo que a su vez induce la ovulación, por lo tanto no existirá ovulación, ni diestro, ni producción de progesterona, en caso de no existir el estímulo del coito. Sin embargo, una gata puede desarrollar piómetra cuando ovuló pero no quedó gestante. Esto puede ocurrir después de una m***a no fértil o una ovulación provocada por fármacos, o cuando se logró estimular a la gata para que ovulara por medio de la aplicación va**nal de un hisopo. También puede ovular la gata después del tratamiento con progestágenos exógenos.
Gatas que reciben tratamiento con acetato de megestrol para el tratamiento de enfermedades dermatológicas también pueden desarrollar la enfermedad. Sin embargo, también se ha pensado que las gatas pueden desarrollar piómetra sin que hayan recibido ninguna m***a y sin ningún tipo de tratamiento. Lawler et al. encontraron que 9 de 22 gatas estudiadas tenían cuerpo lúteo aún cuando no hubieran tenido contacto con ningún macho por lo menos 7 meses antes del estudio y se hubieran mantenido durante todo ese tiempo dentro de sus casas, sin salir de éstas para nada. Lo anterior hace suponer que pueda existir algún mecanismo diferente al coito que induzca la ovulación en las gatas. Se ha especulado que frotar o acariciar a las gatas podría ser ese mecanismo.
Los cuerpos lúteos se han encontrado en los ovarios del 40 al 70% de las gatas con piómetra. Con poca frecuencia, la piómetra se produce en el muñón de gatas ovariectomizadas después de la administración de progestágenos.
Se ha encontrado mayor predisposición para el desarrollo de la piómetra en gatas que no tienen raza. La piómetra es más diagnosticada en las gatas al término del año, de septiembre a diciembre en México.
✳FISIOPATOLOGÍA
La piómetra es una enfermedad multisistémica. Pueden presentarse diferentes grados de leucocitosis, anemia, hipoalbuminemia, hiperglobulinemia, incremento en los niveles de fosfatasa alcalina sérica, azotemia y acidosis metabólica. La leucocitosis y la hiperglobulinemia se correlacionan con la condición inflamatoria del útero. La hipoalbuminemia no es causada por una pérdida de proteínas en la o***a, pero podría ser debida a un decremento en la producción hepática, por reducción en el consumo de proteínas o por pérdidas a través del útero.
La anemia no regenerativa se asocia con diapedesis de eritrocitos dentro del lumen uterino y por una depresión tóxica de la eritropoyesis. Uno de los problemas más comunes relacionados con la piómetra es el daño renal, ocasionado por un flujo sanguíneo hacia los riñones inadecuado, o por una glomerulonefritis tóxica por deposición de complejos inmunes. El 25% de las perras y el 12% de las gatas con piómetra se encuentran azotémicas. En la mayor parte de ellas, los valores de creatinina séricos retornan a los rangos de referencia después de una terapia de fluidos adecuada y de la ovariohisterectomía, ya que en muchos casos la azotemia es prerrenal.
Sin embargo, el rango de filtración glomerular con frecuencia se ve reducido en las perras aunque no presenten azotemia. La disminución del rango de filtración glomerular sugiere que existe algún factor asociado con la piómetra que disminuye la filtración renal con o sin azotemia.
Las perras no azotémicas, con piómetra, no presentan proteinuria por la elevación cuantitativa de una muestra de o***a de 24 horas. El análisis de una muestra de o***a puede demostrar proteínas debido a la contaminación con las descargas uterinas. Si una muestra obtenida por cistocentesis revela proteinuria, la perra debe ser reevaluada después de la resolución de la piómetra para determinar la causa y el manejo apropiado.
Las perras con piómetra tienen una disminución en su capacidad de concentración urinaria. La causa de una gravedad específica baja urinaria se considera multifactorial. En algunas perras puede ser causada por el efecto de la toxina de E. coli en los túbulos renales. La reducción en el rango de filtración glomerular es una anormalidad funcional que no se relaciona con el daño estructural de los glomérulos.
El rango de infección del tracto urinario es por lo menos del 22%, y puede ser tan alto que llegue al 69%. La cistocentesis al momento de la cirugía debe ser considerada en forma rutinaria para cultivo y antibiograma.
Los niveles de fosfatasa alcalina se pueden incrementar debido a una enfermedad hepática en perras viejas, a la administración de corticosteroides, o a una toxemia. Los niveles de la enzima alanino amino transferasa usualmente se encuentran dentro de los límites normales.
Algunas perras con piómetra han manifestado alcalosis respiratoria, pero el desbalance ácido-base más importante relacionado con la piómetra es la acidosis metabólica. Lo más probable es que las perras con una acidosis metabólica se encuentren hipovolémicas y en un estado séptico.
La médula ósea se ve incapaz se satisfacer la demanda de células blancas sanguíneas de defensa, por lo que se presenta una mielopoyesis extramedular en bazo, hígado y glándulas adrenales. También se pueden presentar arritmias ventriculares debido a la acción de complejos tóxicos sobre el miocardio.
✳SIGNOS CLÍNICOS
El tipo y severidad de signos clínicos dependen de la patencia del cérvix, de la duración de la enfermedad y la asociación de la enfermedad extragenital. En las perras los signos clínicos más frecuentemente documentados son poliuria, polidipsia, nocturia, depresión, deshidratación, descarga va**nal (si la piómetra es abierta), vómito y diarrea. Los animales afectados pueden tener el abdomen penduloso o distendido sobre todo cuando se presenta la forma cerrada de la enfermedad, lo cual ocurre del 15 al 30% de los casos, lo que aunado a la poliuria y polidipsia podría hacer que se confundiera con hiperadrenocorticismo.
En las gatas se ha documentado con poca frecuencia la existencia de infertilidad. El examen de la va**na puede hacer que se descarte la posibilidad de un tumor como causa de la secreción va**nal. Si fuese necesario, se deberá realizar un examen vaginoscópico para determinar la presencia de vaginitis.
La mayoría de las gatas y perras afectadas con piómetra tienen una temperatura normal, sin embargo, un 20 ó 30% tienen fiebre y un pequeño porcentaje tiene una temperatura subnormal debida a la sepsis.
Cuando se encuentra presente, la descarga va**nal puede tener un volumen muy variable, dependiendo del grado de abertura cervical. La secreción generalmente es gris-amarillenta o café-rojiza y con olor fétido. Los casos en que el cérvix está parcial o completamente cerrado tienden a ser más tóxicos por la acumulación de grandes cantidades de material purulento en el lumen uterino, no así, cuando un cérvix abierto permite el drenaje.
Se han informado casos de piómetra donde existe poliartritis, lo que lleva a la manifestación de dolor en las articulaciones y poco deseo de realizar cualquier ejercicio. Resulta interesante el conocimiento de que una cirugía exitosa da lugar a pérdida total del dolor, lo que sugiere que tiene un origen tóxico y no deriva de invasión bacteriana.
✳DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de la piómetra debe ser realizado por medio de la historia clínica, el examen físico y las pruebas de laboratorio. Un análisis bioquímico sanguíneo completo, un hemograma y el análisis general de o***a son necesarios para detectar anormalidades metabólicas asociadas con la sepsis e infección urinaria y con la función renal. Los hallazgos de laboratorio no son patognomónicos de piómetra, pero pueden ser muy sugerentes. El conteo total de leucocitos es extremadamente variable, pero por lo general es mayor de 15000. A veces este conteo puede superar los 100000 leucocitos por mm3, aunque en algunos animales puede haber leucopenia, en cuyo caso el pronóstico es más pobre. El recuento de glóbulos blancos también puede ser normal. Una desviación a la izquierda degenerativa es común. El hematocrito puede estar disminuido, pero la severidad de la anemia puede enmascararse por la deshidratación.
La función renal debe ser cuidadosamente evaluada, las muestras de o***a son necesarias para evaluar la gravedad específica, la cual puede ayudar a diferenciar un problema prerrenal de uno renal primario. La cronicidad y severidad del daño renal puede ser difícil de evaluar hasta que el problema de piómetra haya sido corregido. El 75% de las perras no azotémicas muestran una reducción en el rango de filtración glomerular.
Menos de una tercera parte de las gatas afectadas tienen anormalidades en la bioquímica sanguínea. Cuando se presentan, éstas incluyen hiperproteinemia, azotemia, hipokalemia, e incremento en la actividad de la enzima alanino amino transferasa.
El uroanálisis y urocultivo se realizan de preferencia por cistocentesis durante la cirugía. Si se planea una terapia médica, la cistocentesis no se realizará hasta que el útero haya retornado a su tamaño normal. Debido a que 30% de las perras con piómetra tienen infección del tracto urinario, es muy importante el seguimiento para un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Si la descarga uterina es muy evidente, el diagnóstico de piómetra ya está realizado. Sin embargo cuando la piómetra es cerrada, es necesario el diagnóstico radiográfico para confirmar la enfermedad, o bien, un análisis citológico por medio de un frotis va**nal.
Para realizar el estudio radiológico no se recomienda la preparación del paciente con enemas o ayuno. En las radiografías abdominales de rutina se deben observar estructuras tubulares con densidad de fluido en el abdomen caudal. No obstante, el útero tiene una apariencia similar en la gestación temprana e inmediatamente después del parto. La gestación es el principal diagnóstico diferencial para la piómetra. En algunas perras con piómetra, aun con el cuello cerrado, el útero puede no ser visible en el estudio radiográfico. En estos casos se puede utilizar la ultrasonografía para determinar el tamaño uterino, el grosor de su pared y la presencia de líquido. Además, la ecografía distinguirá las estructuras fetales del líquido intraluminal como causa del engrosamiento
uterino. El líquido ascítico, que haría sospechar de una ruptura del útero, puede identificarse en un pequeño porcentaje de los animales con piómetra.
La citología va**nal, el conteo de células blancas y los signos clínicos, ayudan a diferenciar una mucómetra de una piómetra. La citología va**nal puede demostrar anormalidades aun en ausencia de una secreción va**nal macroscópica. La descarga va**nal de una perra con piómetra contiene neutrófilos degenerados, células endometriales, bacterias, y ocasionalmente, macrófagos y células mononucleares.
✳TRATAMIENTO
El tratamiento de la piómetra debe ser rápido y agresivo, debido a que puede desarrollarse una septicemia o una endotoxemia en cualquier momento, si es que no existe ya al momento de diagnosticar la enfermedad.
Los casos de piómetra a cuello cerrado siempre deberán ser considerados como urgencias, por lo que el tratamiento, tanto médico para controlar los problemas asociados, como el quirúrgico, no deben demorarse. El tratamiento específico para la piómetra es la ovariohisterectomía. Se deben administrar antibióticos de amplio espectro, por vía endovenosa, que sean efectivos contra la E.coli, al mismo tiempo que se realice la inducción anestésica y continuarse durante 7 ó 10 días después de la cirugía. Otros antibióticos, como tetraciclinas, quinolonas o aminoglicósidos también pueden ser efectivos, pero en el caso de las gatas podrían ser mal tolerados.
La terapia de líquidos para corregir la deficiencia de los mismos, la acidosis y la sepsis, debe iniciarse antes de la cirugía y continuarse según se necesite, durante y después de la misma. En algunos animales enfermos la cirugía no debe posponerse más de unas horas, debido a que si la infección uterina continúa, se agrava la bacteriemia y la septicemia.
Si la función renal está alterada antes de la cirugía, se recomienda la administración de manitol y la monitorización de la producción urinaria mediante la visualización de la distensión vesical durante la cirugía. Se debe evitar la introducción de un catéter urinario, con el fin de evitar la introducción de bacterias hacia la vejiga. Sin embargo, si el animal está hipotenso y la producción de o***a es dudosa, estará justificada la colocación de un catéter urinario para medir la producción de o***a y evaluar la respuesta a los diuréticos.
Si el útero está roto o presenta torsión, se deberá realizar un lavado abdominal con una solución tibia estéril, a una dosis de 50 mg/kg. Se debe iniciar una terapia intensiva para el manejo de la peritonitis y la sepsis.
Se ha informado de una mortalidad asociada con la ovariohisterectomía en los casos de piómetra del 5 al 8%. De 263 animales de diferentes estudios, se encontró que 19 murieron. La muerte se debió a sepsis o a peritonitis secundaria a ruptura uterina. Otras causas de mortalidad asociadas con ovariohisterectomía en la piómetra de perras o de gatas incluyen enfermedad hepática, enfermedad renal o anemia.
También existe la posibilidad de implementar un tratamiento farmacológico para tratar de resolver los casos de piómetra a cuello abierto, pero esto dependerá de la condición clínica del paciente y de las intenciones del propietario de utilizar al animal en un futuro como reproductor. Es conveniente aclarar que ninguno de los tratamientos ha demostrado un 100% de efectividad, siendo comunes las reincidencias, además de que pueden provocar algunos problemas secundarios. En caso de intentarse un tratamiento farmacológico, se deberá indicar al dueño el riesgo que se corre. El tratamiento farmacológico se realiza únicamente en piómetras a cuello abierto debido a que en los casos cerrados se podría ocasionar una ruptura uterina.
Los estrógenos se han relacionado con un grado variable de éxitos. Ellos inician la relajación del cérvix e incrementan el tono muscular uterino y su contractibilidad, promoviendo así el drenaje del exudado del lumen uterino. Se piensa que también ayudan a mejorar la resistencia del útero a las infecciones. Se ha observado recuperación después de la terapia con estrógenos; sin embargo con frecuencia se desarrollan exacerbaciones que requieren la intervención quirúrgica.
También se ha empleado la testosterona durante tres semanas. El mecanismo de acción de la testosterona es el de producir luteólisis secundaria a atrofia ovárica, lo que ocasiona una disminución de los niveles de prostaglandinas. No existen datos suficientes que permitan documentar el valor de esta droga en el tratamiento de la piómetra.
La oxitocina y varios alcaloides del cornezuelo del centeno han sido utilizados para estimular la expulsión del contenido uterino, al incrementar la motilidad de este órgano. El maleato de ergonovina, uno de los alcaloides del cornezuelo del centeno, es más efectivo en úteros sensibilizados por estrógenos. Las prostaglandinas F provocan contracciones del miometrio que pueden evacuar en contenido uterino cuando el cuello de la matriz está abierto. El cuello de la matriz normalmente se dilata, como una respuesta a la presión ejercida contra él (no por acción de la Prostaglandina F2, como en la vaca), pero existe algún riesgo de que la dilatación no sea tan rápida como se necesite para la evacuación de los contenidos uterinos.
Es posible que exista ruptura uterina si se administra el medicamento en casos cerrados, y esto puede ser más frecuente en las gatas que en las perras por varias razones.
◾En primer lugar, la ruptura uterina con peritonitis generalizada se encuentra en aproximadamente el 4% de las gatas con piómetra antes del tratamiento.
◾En segundo lugar, en raras ocasiones la piómetra en las gatas se presenta junto con una torsión uterina, una situación que de presentarse, aumentará la posibilidad de ruptura. ◾Finalmente, el exudado uterino encontrado en las gatas con piómetra es, en ocasiones, tan viscoso y tenaz que parece imposible que pueda ser expulsado.
La PGF2 alfa provoca también luteolisis, aunque algunos autores han observado sólo un bloqueo temporal en la producción de progesterona, pero otros informan que los efectos son variables dependiendo de la ruta, dosis y frecuencia de administración. (No olvidar la dosis letal de PGF2 alfa y en gatas aún no se ha establecido la dosis letal sin embargo a la dosis de 5mg/kg se produce una alteración respiratoria grave y ataxia). El decremento de concentración de progesterona plasmática reduce el estímulo para el crecimiento endometrial y la secreción glandular.
Si después de 5 días de tratamiento no se ha resuelto el problema, lo más probable es que ya no tenga éxito. Las prostaglandinas pueden tener un efecto secundario en el tracto gastrointestinal y respiratorio. Pueden afectar también el músculo liso de la vejiga y están contraindicadas en gestación, asma o en otras enfermedades como sepsis, peritonitis u otras enfermedades orgánicas. A las dosis terapéuticas recomendadas, los efectos secundarios son previsibles e incluyen jadeo, salivación, vómito, defecación, micción, midriasis, ataxia y cambios de conducta y vocalización. Estos efectos son evidentes a los pocos minutos de la administración de la prostaglandina y comúnmente se resuelven a los 60 minutos.
Los efectos indeseables son menos severos con las inyecciones subsecuentes y con poca frecuencia son de suficiente magnitud como para requerir suspender el tratamiento.
El éxito del tratamiento con prostaglandinas se puede evaluar sobre las bases de la resolución de los signos clínicos y la subsecuente fertilidad. Del 93 al 100% de las hembras tratadas con la prostaglandina F2 alfa y que presentaban piómetra a cuello abierto han resuelto el problema de la descarga uterina, pero sólo del 55 al 87 % quedaron gestantes. En cambio, de las perras tratadas que tenían piómetra a cuello cerrado, sólo en el 34% se resolvió el problema. No existe ningún informe de mejoría con el tratamiento farmacológico en las gatas con piómetra a cuello cerrado.
La piómetra se ha vuelto a presentar después de transcurrido un año del tratamiento exitoso en 26 a 40% de los casos, y en 77% de las hembras tratadas, después de 27 meses del tratamiento. Se han documentado casos de gestación al momento de la recurrencia (recidiva). En estos casos, el clínico puede considerar una terapia antibiótica para salvar los productos y aplazar el tratamiento de la piómetra para después del parto. Aunque existan informes de tratamiento médico con éxito para los casos de recurrencia, la ovariohisterectomía siempre será el tratamiento de elección.
✳El pronóstico desde el punto de vista reproductor siempre será malo. Sin embargo, el pronóstico de vida para la mayoría de los casos de piómetra no complicada es bueno, siempre y cuando sea tratada con oportunidad. No hay que olvidar que finalmente para el clínico, la vida es lo más importante y el lograr preservarla debe ser motivo de satisfacción.
Autor: MVZ, MPA Carlos Esquivel Lacroix