Sólo sabía que lo quería volver a abrazar, y sólo había una manera de poder hacerlo. Y me fue inevitable pensar en la cantidad de casos como el mío existen, y así fue cómo sucedió...
Skrappy es para mí la historia de amor, más bella, llegó a mi vida cuando yo tenía 16 años, desde que lo tuve entre mis brazos, sentí una conexión mágica y única, yo sin saber que era la maternidad, sin duda sentí que ese amor que yo sentí desde ese primer instante era un amor maternal.
Con Skrappy pasé grandes aventuras, conoció a mi primer novio y fué mi paño de lagrimas cuando ese amor terminó, estuvo conmigo en todas las noches de desvelo estudiando y haciendo trabajos de la preparatoria y la universidad, y me acompañó en la aventura de mi primer depa de soltera, también estuvo en todas las reuniones de ese depa de soltera, y en todos los eventos importantes, cuando me embaracé se acostaba en mi pancita, era como si también se conectara con mi bebé, cuando nació mi bebé, el estuvo ahí y nunca en toda mi vida había sentido tanto amor, es inexplicable el ver a los seres que más amas, convivir con tanta armonía.
Pero hay algo que al inicio de cada historia no nos ponemos a pensar, y que de hecho jamás queremos pensar... El Final... Los años pasaron, desde mi punto de vista muy de prisa, hubo un momento en el que algo en mi corazón me decía que ésta historia estaba por acabar, el médico de Skrappy me decía que me fuera preparando para lo peor, que le pudimos curar todo, pero que el tiempo no se cura y no se puede quitar, esta noticia la recibí al inicio del 2016, cuando la Urnas BioVida, llevaba un año de haberse fundado...
En ese momento tenía 2 opciones, lamentarme y vivir a diario la agonía de pensar en como sería el final, o simplemente vivirlo, disfrutarlo y darle todo lo mejor para que está parte de nuestra historia siguiera siendo igual de especial... y elegí la opción 2.
Skrappy y mi hijo, se convirtieron en los mejores amigos, que digo amigos, eran hermanitos, en mi pequeño departamento andaban juntos para todos lados, mi hijo se ponía a jugar y Skrappy se acostaba a su lado, a la hora de dormir los dos se acurrucaban y soñaban juntos, me llenaba de alegría ver a los dos amores de mi vida en comunión.
Hasta que el 22 de junio de 2016, a las 22:00 hrs., comenzó a suceder lo que tanto miedo me daba, lo que no quería que pasara jamás, inició el momento de despedirnos, por tanto medicamento una ulcera se le reventó, y en ese momento le llamé a Dr. Fili, y me recetó un medicamento pero las horas pasaron y no mejoraba, al contrario todo se ponía peor, a las 2:00 am le llamé al Dr. Fili de nuevo y al escuchar mi angustia, me dijo que nos veíamos en su clínica en 20 minutos, lo revisó, y vi en sus ojos mucha tristeza, le dije que si se salvaría y me contestó que había 50% de posibilidades, le coloco suero vía intravenosa y me dijo que si quería llevármelo o si quería que se fuera con él; le dije que lo que él me indicara, y me respondió que lo mejor sería que pasáramos el mayor tiempo posible juntos, me explico como tenía que manejar el suero, y me dijo que nos veíamos en 12 horas en su clínica, para ver su evolución.
Regresé a mi depa con mi Skrappy en brazos y dormido, el suero con lo que le pusieron lo había relajado, estaba mucho más tranquilo, acudí nuevamente a la clínica, siguiendo las indicaciones del Dr. Fili, y me dijo que lo dejara unas horas con él, para ver como iba evolucionando, cuando regresé por Skrappy, lo primero que me dijo el Dr. Fili, fue “Pensé que no llegarías”, al escuchar eso me estremecí por completo, le dije que como lo veía, y me dijo que si sobrevivía al día siguiente, tendría altas posibilidades de salvarse, en ese momento mi mamá me había acompañado a la clínica... Skrappy llevaba casi dos años sin ladrar ni aullar, es como si se hubiera quedado mudo, pero aún así nos comunicábamos con el lenguaje del alma... después de esa noticia, yo estaba sin habla, no podía hacer otra cosa más que llorar y besar a Skrappy, y en medio de esa escena mi mamá le dijo al Dr. Fili, que qué hacíamos, a lo que el Dr. Fili, respondió que había dos opciones, una era que el Dr. Fili se lo llevara a su casa para tenerlo vigilado y que la otra opción es que yo me lo llevara a mi casa y que me daría todas las indicaciones por cualquier cosa... al oido de Skrappy le dije “Mi amor, te quieres ir a casita hijo?” y después de dos años, mi hijo con las fuerzas que le quedaban desde el alma me regaló un ladrido y no lo pensé más, le dije al Dr., nos vamos a casa, y que sea lo que Dios quiera.
Llegamos a casa, y acondicioné todo para que Skrappy estuviera muy cómodo, le puse música, y me acosté a su lado, y empecé a platicar con él, recordamos todo lo que habíamos vivido desde el momento que en la prepa una compañera nos dijo que si alguien quería un perrito recién nacido que era medio desastrozo, miles y miles de recuerdos, Dios nos regaló 8 horas más para disfrutarnos, acariciarlo, besarlo, ternerlo entre mis brazos, y el sintiera todo el amor que yo le tuve y le tengo... Ese momento me estaba doliendo como nada me ha dolido más en mi vida, y a pesar de ese dolor tan grande sabía que lo tenía que dejar ir, que no tenía que pensar en mi y el dolor que estaba sintiendo , que lo importante es que mi Skrappito ya no sintiera más dolor, y así se lo decía, “hijo, vete tranquilo, vete feliz mi amor, ya no quiero que sufras ni que sientas más dolor, un día nos vamos a volver a ver y nos vamos a volver a besar y a abrazar y estaremos juntos por la eternidad, gracias por todo amorcito de mi vida... La última vez que vi el reloj eran las 5:56 de la mañana, y a las 6:00 de la mañana mi mamá (que se había quedado en mi depa para ayudarme con mi hijo), escucho un aullido y se levantó, lo primero que me dijo fue, ¿Cómo sigue Skrappy?, y en ese momento me dí cuenta que su corazón se había detenido... esperó a que el sueño me venciera para los dos cerrar los ojos al mismo tiempo...
Es un dolor que no se puede expresar, y que a la vista de la gente, no es taaaaan importante, pero sólo las personas que hemos sido bendecidas con éste tipo de amor, sabemos como se siente que te quitan un pedazo de tu vida, te arrancan tu historia, sientes impotencia, culpas, miedos, una tristeza infinita y no hay nada, ni abrazos, ni palabras, ni absolutamente nada que te tranquilice el alma, es algo muy personal, un dolor individual.
Horas después llamé al crematorio de mascotas, e hice una cita, me dieron la opción de pasar por Skrappy, pero yo elegí llevarlo, no quería separarme un sólo momento de él, y todo el proceso, fue muy difícil, no había nada que me tranquilizara mi corazón, estaba mi cuerpo, pero mi mente y mi corazón estaban totalmente ausentes, es difícil explicarlo, lo único que me tranquilizaba un poco, era que en un unos días transformaría sus cenizas en un arbolito y lo podría volver a abrazar, de hecho llevé al crematorio su Urna BioVida, y ahí colocaron sus cenizas.
Llegué a mi depa, abrazaba la Urna, y en medio de mi dolor, me puse a pensar, que es muy injusto que un ser que amas tanto, con el cual nunca cruzaste una palabra, pero que no hacía falta porque había un idioma súper especial entre nosotros, que no era posible que todo terminara así, sin algo más especial algo que nos llevara a a tranquilizar el alma, que en medio de ese dolor tan íntimo y personal, y me puse a pensar que eso que yo estaba viviendo seguramente habían tantas personas viviéndolo, sentí un llamado muy fuerte en mi corazón, de inmediato supe que tenía que sacar una línea de Urnas BioVida para nuestros pequeños grandes amores, pero que aparte de ser una Urna que transformará sus cenizas en una nueva vida, también fuera capaz de rendir un homenaje de vida a nuestros pequeños grandes amores, y que tuviera todos los elementos para que paso a paso, nos fuera tranquilizando el alma y tuviéramos la oportunidad de trascender nuestra historia juntos.
Al lunes siguiente, hablé con mi equipo BioVida, y todos en conjunto pusimos manos a la obra, nuestros tanatólogos especializados en mascotas realizaron una investigación de varios meses analizando todos los casos, haciendo entrevistas y pruebas piloto, querían estar bien seguros de que era lo que un corazón destrozado necesitaba para sanar. Mientras que por otra parte nuestros ingenieros industriales en gestión de la tecnología e innovación, así como nuestros investigadores, hicieron un diseño, para facilitar la experiencia de quien usara la Urna Perfriendly, y nuestro equipo de Marketing se esmeró en que todas las herramientas obtenidas por los tanatólogos fueran expresadas en cada Urna PetFriendly y así ésta pudiera ser una caja de emociones, capaz de tranquilizar el alma.
El 8 de Octubre del 2016, lanzamos las Urnas PetFriendly en una hermosa ceremonia de transformación, en donde Skrappy, Molly, Hacky, Lola y Winky se transformaron en un hermoso árbol, fue un emotivo homenaje, la vibra era inexplicable, todos nos unimos en el momento, entre palabras, música, olores... fuimos conectando todos poco a poco hasta que llegó un instante en donde todas las emociones se transformaron en una sola PAZ.
En ese momento, en el que todos vibrábamos en la misma frecuencia, sabíamos todos los ahí presentes que la Experiencia que habíamos viviendo gracias a Urnas PetFriendly, era justo lo que estábamos buscando para brindar un gran homenaje a nuestros pequeños grandes amores y para tranquilizar el alma de quien tanto los amó.
Así fué como nacieron las Biournas PetFriendly, y así es cómo hemos transformado a miles de pequeños grandes amores en una nueva forma de existir, en un hermoso árbol, para estar #SiempreJuntos.
Stephanie Cuevas Sixtos | Fundadora BioVida