29/03/2023
Un perro nunca es “solo un perro”. Por eso su muerte es igual o hasta más dolorosa que la de una persona 🐶
“El perro es el mejor amigo del hombre”; esa es una de las frases más usadas en el planeta para definir el vínculo especial que se genera entorno a una persona y su mascota. Fieles, cariñosos y protectores, los perros permanecen junto a su dueño sin importar las circunstancias. Por eso, más que un animal de compañía, se vuelve parte de la familia.❤
La ciencia ha comprobado que son capaces de interpretar las emociones, incluso identificar a gente que tiene malas intenciones contra ellos o sus dueños, tan solo por la actitud, tono de voz y lenguaje corporal. El vínculo que se genera entre un perro y su dueño es variado: para algunos es como un hermano, para otros un amigo y en algunos casos hasta un hijo. Lo cierto es que un perro nunca es “solo un perro”. Por eso su muerte es igual o hasta más dolorosa que la de una persona.💔
La gente que no ha tenido un perro y ve a sus amigos llorar la partida de éste, muchas veces lo asume como una exageración, algo incomprensible porque para ellos es simplemente un animal. Sin embargo, el significado cambia por completo cuando fuiste tú quien compartió una vida a su lado.🦮
Cuando ese amigo peludo se va de nuestro lado pasamos por un proceso de duelo en el que se pasa de la depresión a la aceptación. Siendo más o menos dolorosa y difícil de superar dependiendo de la cercanía. Y es que las mismas hormonas y sustancias químicas que nos hacen sentir amados y conectados con otros humanos, se liberan en nuestro cuerpo cuando uno está con su amigo canino; es así que superar su pérdida es igual de difícil.🐕🦺
El sentirse incomprendidos y el no tener un rito de despedida son factores que prolongan el dolor.
El sentirse incomprendidos y el no tener un rito de despedida son factores que prolongan el dolor.
Diversos psicólogos han señalado en los últimos años que la muerte de un perro es tan dolorosa porque sus dueños no solo están perdiendo al animal, sino a una fuente de amor incondicional, ese compañero que durante tantos años ofreció seguridad y al que se cuidó como a un niño.
Su fallecimiento también afecta la rutina, pues en muchas ocasiones los dueños organizan sus horarios en torno a sus mascotas. Paseos, visitas al médico, excursiones... son actividades que se pierden y que generan estrés entre las personas.
A ello se suma un sentimiento de incomprensión, pues no existe un rito de despedida y el duelo por la mascota no es algo que este normalizado en nuestra cultura, a diferencia de una pérdida humana, en la que las muestras públicas de dolor son consideradas normales.
El sentirse incomprendidos y el no tener un rito de despedida son factores que prolongan el dolor. Y es que, a diferencia de cuando fallece un hermano, amigo o pareja, en el caso de una mascota no se permite faltar al trabajo ni detener las actividades cotidianas para centrarse en el luto.
Ello fomenta que se repriman las emociones y no se afronte el dolor que sentimos ante la ausencia de nuestro amigo peludo.
Lo mejor es afrontar el duelo. Hablar sobre la muerte de ese ser querido y compartir buenos recuerdos son clave para empezar a sentirte mejor. Llevar un diario, un álbum fotográfico, componer una canción en su honor o hacer un retrato también son buenos remedios para honrar su memoria.
Cualquier cosa que te ayude a seguir conectado con los buenos momentos que viviste con tu mascota te ayudará a superar la pérdida. Si tu tristeza es muy intensa, también se recomienda hablar con un psicólogo o un tanatólogo, que te ayudará a sobrellevar el proceso.
Nunca olvidarás a tu amada mascota. Pero el tiempo aliviará tu pena y te permitirá abrir tu hogar a una nueva mascota.