28/06/2018
¿POR QUÉ PUEDE FALLAR UNA VACUNA?
No es raro escuchar casos de gatos y perros vacunados que enferman sorpresivamente de parvovirus, moquillo, peritonitis infecciosa felina y muchas otras enfermedades.
¿A qué se debe esto?, ¿es culpa del Médico Veterinario?
No nos apresuremos. Es posible mencionar varias razones por las cuales una vacuna puede fallar en la protección de una mascota frente a una enfermedad.
Una de ellas es la interferencia en el desarrollo de inmunidad o protección en un cachorro vacunado producida por los anticuerpos que fueron transferidos de la madre, vacunada, a sus crías a través del calostro. Durante las primeras semanas de vida del animal estos anticuerpos maternos pueden neutralizar la acción de una vacuna evitando que lo proteja. Al mismo tiempo, el efecto de esta protección pasiva otorgada por la madre disminuye gradualmente antes de que el propio sistema inmune del cachorro se haya desarrollado completamente. Como consecuencia, el cachorro atraviesa por un periodo crítico de desprotección frente a un virus porque su organismo es refractario a la acción de una vacuna, por los anticuerpos de la madre, pero tampoco tiene desarrolladas sus propias defensas.
Otro de los factores que interfiere en la eficacia de una vacuna es la presencia del virus en gran cantidad en el ambiente y que, dentro del organismo de un animal vacunado, compiten con el antígeno de la vacuna en una suerte de carrera biológica donde es probable “que ganen los malos”.
También puede suceder que se aplique la vacuna a una mascota que, en realidad, ya está infectada con el virus a pesar de no presentar signos de la enfermedad. Generalmente las patologías virales tienen un período previo a la aparición de manifestaciones clínicas que va de cuatro a siete días o sea que es posible que se intente inmunizar a una mascota cuando ya es demasiado tarde.
Hay una causa que no hemos considerado y que es un error frecuente en muchas campañas de vacunación, NO CONSERVAR LA CADENA FRÍA. Todas las vacunas deben al acercarse a una temperatura de entre + 2°C y + 8°C, abrir y cerrar una hielera, que es donde generalmente se transportan estos biológicos, hace que la cadena fría y la efectividad de la vacuna se pierdan.
Finamente la vacunación puede fallar debido a deficiencias individuales del aparato inmune y a la incidencia de distintas causas generales: genéticas, alimentarias, parasitarias, condiciones de vida, entre otras.