26/02/2025
Recuerdo que mi parte favorita de la película La Laguna Azul era cuando Brooke Shields aparecía con un precioso loro Prosopeia tabuensis, originario de las Islas Fiji, lugar donde se filmó la película. Años después me emocionó mucho ver esta especie en vivo, en el Zoológico de San Diego, Loro Parque en Tenerife, y Vogel Park en Walsrode, cerca de Hamburgo, lugares en donde se enfocan en su reproducción. Poca gente sabe que el biólogo John Gibbons, al ver la película, se dio cuenta que una iguana que aparecía para ambientar una escena, no coincidía con las iguanas nativas de Fiji. Así que indagó con precisión en cuál de las islas se había filmado la película y se lanzó a buscar esas raras iguanas que resultaron ser una nueva especie para la ciencia. En 1981 la dio a conocer al mundo con el nombre de Iguana crestada de Fiji (Brachylophus vitiensis). Es sorprendente que estas iguanas son descendientes de las iguanas nativas del continente americano, que viajaron accidentalmente hace milenios más de 9000 km, sobre troncos hasta llegar a las Islas Fiji, donde se establecieron y se modificaron en un largo periodo de miles de años. Un aporte de Hollywood a la ciencia.