17/07/2023
Clasificación de las fibras nerviosas y los tipos de dolor.
Dolor Somático.
Dolor originado en la piel, músculos, articulaciones, ligamentos o huesos. Hay participación de nociceptores específicos y del sistema nervioso periférico.
- Existen varios tipos de dolor somático:
**Superficial
1 Nace en la piel y mucosas externas.
2 Los estímulos principales que lo originan incluyen: calor o frío intensos, tensiones mecánicas (corte, estiramiento, inflamación) y sustancias cáusticas.
3 Clásicamente, se diferencian dos tipos de dolor superficial:
-Primario: dolor rápido, localizado, conducido a través de fibras A-delta.
-Secundario: dolor más lento, conducido a través de fibras C. Da origen a reacciones consistentes en un aumento de la actividad muscular y de la descarga simpática adrenal.
**Profundo
1 Nace en los músculos, aponeurosis, articulaciones y periostio.
2 Los estímulos principales son los mismos que los del dolor superficial y la isquemia muscular.
3 Es un dolor sordo, pero bastante bien localizado, que origina:
-Reacciones consistentes en quietud, acompañada de contracturas musculares que fijan la región dolorosa.
-Manifestaciones viscerales, como bradicardia y sudoración.
Dolor Visceral.
Dolor originado en los órganos internos (aunque no todas las vísceras son sensibles al dolor). Hay participación de nociceptores inespecíficos y del sistema nervioso autónomo.
El dolor somático es transmitido por las fibras A – δ y C y es de difícil localización. El dolor visceral se genera a causa de una estimulación de amplia superficie de las terminales nerviosas viscerales. Solo es transmitido a través de las fibras C que transmiten las impresiones sordas, difícilmente licalizables. (Fig 3.3) Las causas de este tipo de dolores viscerales pueden ser isquemia o espasmo de la musculatura lisa de los órganos huecos o del sistema conductos, pero también las distensiones de las cubiertas serosas y los tendones de fijación de las vísceras.
Las superficies parietales del tórax y abdomen, así como los órganos retroperitoneales, tienen un gran número de fibras A – δ y C. Por ello una estimulación de las superficies parietales puede dar lugar a la sensación tanto de dolores agudos focales, como de dolores sordos, difusos.
El neocórtex es el responsable de la elaboración cognitiva, mientras que el sistema límbico se ocupa de la elaboración afectiva, el eje hipotálamo – hipofisiario de hormonas y endorfinas, el bulbo raquídeo de circulación y respiración y la médula espinal de los reflejos motores y simpáticos. Por lo tanto, los estímulos dolorosos son transmitidos desde la periferia corporal hacia la médula espinal a través de fibras A – δ y C: Las fibras A – δ son mielínicas, por lo que son de transmisión veloz y se ocupan del dolor inmediato rápido y perfectamente localizable. Sobre todo, sirven para desencadenar los reflejos de huida. Las fibras C, no mielínicas, conducen lentamente los estímulos, por lo que transmiten el dolor secundario, sordo, ardoroso y mal localizable que incluso se mantiene después de ceder el estímulo, provocan la tensión muscular tónica y las manifestaciones vegetativas concomitantes.
Las fibras A – δ constituyen las vías ascendentes que bloquean la transmisión de las células del cuerpo dorsal.
Su estimulación parece disminuir la entrada nociceptiva de las fibras A – δ y C. Presentan un menor umbral de estimulación que las fibras A – δ y C.
*Bases Neurofisiológicas del Dolor*
Los nocioceptores o receptores del dolor, se encuentran sobre todo, en la piel (90%), así como en peritoneo, pleura, periostio, cápsula articular, músculos, tendones, vasos sanguíneos y algunas vísceras. Estas terminales nerviosas libres reaccionan frente a estímulos mecánicos (presión o tracción), estímulos térmicos (calor o frío). Hay estímulos internos que pueden ser sustancias propias del organismo, éstas sustancias endógenas, algogénicas, son por ejemplo, los transmisores de serotonina, ACTH, histamina y los iones H+ y K+. Cuando se produce una lesión tisular traumática o inflamatoria, simultáneamente se forman prostaglandinas, leucotrienos y cininas (p ej. Bradicinina)
La prostaglandina más importante es la PGE2 en las lesiones tisulares, las membranas celulares liberan fosfolípidos a partir de los cuales y bajo la influencia de la enzima fosfolipasa A, se forma ácido araquidónico y por mediación de la enzima cicloxigenasa (COX) se forma la PGE2.
La PGE2 y las bradicinas sensibilizan los receptores del dolor y aumentan su respuesta a estímulos propios del organismo y desencadenantes del dolor (p ej. Hipersensibilidad de las zonas con quemaduras solares) Además, provocan dilatación capilar y aumento de la permeabilidad vascular.
Las fibras aferentes entran normalmente en la médula espinal a través de las raíces del cuerpo posterior y terminan en la sustancia gelatinosa del cuerno posterior. En esta localización, el estímulo pasa a la segunda neurona. Las segundas neuronas cruzan al lado contrario y penetran al cerebro a través del tracto espinotalámico (haz anterior). Antes de pasar al lado contrario, entran en conexión con las vías eferentes motrices y simpáticas, con lo que se desencadenan reflejos motores y simpáticos. EL tracto desemboca en los núcleos del tálamo. Sin embargo también tiene conexiones con la formación reticular del bulbo raquídeo.
De esta forma cuando se produce dolor, hay una repercusión en los centros de la respiración y circulación. A través de conexiones adicionales con el sistema ascendente de activación reticular (SAAR) el dolor influye en el grado de vigilia y atención. Desde el tálamo existen conexiones con la corteza cerebral (somatosensorial) en donde se reconoce el lugar del que precede el dolor. Desde el tálamo también se extienden conexiones hacia el sistema límbico. En esta zona se percibe el componente afectivo-emotivo, existen también conexiones con la hipófisis y con el sistema endocrino. En situaciones de dolor, en esta localización y conjuntamente con la ACTH, se liberan b- endorfinas a la sangre a través del lóbulo anterior de la hipófisis (LAH).
Neurofisiológicamente se ha demostrado que los diferentes órganos y tejidos reaccionan con distintas sensibilidades a los estímulos del dolor.
**Los dientes (pulpa) y la córnea se consideran muy sensibles, la densidad nerviosa en la pulpa es alrededor de 20 a 40 veces superior a la de la piel, y la de la córnea incluso alrededor de 300 a 600 veces.
**El dolor en la piel se percibe a través de receptores mecánicos, térmicos o químicos y puede ser muy intenso.
Las membranas serosas son muy sensibles. Como ejemplo típico, al finalizar una operación abdominal, frecuentemente se observan reacciones álgicas al suturar el peritoneo.
**Los órganos parenquimatosos se consideran, en principio, menos sensibles que la piel. Sin embargo, también pueden desencadenar fuertes dolores en caso de que, a causa de un proceso patológico se produzca un engrosamiento y, con ello, un aumento de distensión de sus superficies serosas, que son altamente sensibles.
**Los órganos huecos solo suelen doler a causa de un estímulo mecánico, con frecuencia en conexión con una isquemia (cólicos intestinales o vesicales).
**El tejido nervioso propiamente dicho, posee diferentes sensibilidades, Una lesión del sistema nervioso periférico da lugar a dolores agudos, mientras que si se produce en la médula espinal, el dolor es electrizante. El cerebro se considera que no genera dolor, mientras que las meninges son muy sensibles a éste.
**Las lesiones en el tórax y abdomen anterior que, debido a la respiración, se encuentran en constante movimiento, causan fuertes dolores que pueden llegar a causar una depresión respiratoria al intentar evitar el movimiento.
**En la musculatura se encuentran, sobre todo, receptores mecánicos que responden a isquemias (Contracturas), La sensibilidad al dolor de este tejido no es muy elevada.
**Articulaciones y huesos son relativamente poco sensibles. El dolor se activa por inflamaciones (p. ej. Tumores óseos). El periostio genera un dolor agudo, si los procesos llegan hasta la destrucción (p. Ej. Necrosis) el tejido se torna insensible.
De aquí la importancia de si bien, determinados tejidos se consideran muy sensibles al dolor, estos dolores también pueden extenderse regionalmente, de forma que es posible representar de manera muy simplificada la sensibilidad al dolor que cabe esperar en aquellas regiones quirúrgicas importantes para el veterinario.
La manifestación de dolores incrementa el sufrimiento del paciente, estimula el sistema nervioso simpático, con lo que tiene una influencia trascendental en la circulación, la respiración, el TGI, el metabolismo hormonal y el sistema neurovegetativo.
El objetivo del tratamiento analgésico no ha de ser por fuerza la eliminación de todos los dolores, si no la reducción y la eliminación del dolor patológico asociado con una lesión o intervención, es de suma importancia controlar el dolor al menos durante 24 – 48 hrs. después de cualquier tipo de intervención quirúrgica.
Imagen: Valoración de la percepción del dolor en determinadas regiones quirúrgicas.
Figura: Vías de conducción del dolor.
Bibliografía: Control del Dolor en pequeños animales. J.Henke, W.Erhardt.