21/07/2020
Si mirámos desde un punto de vista externo la tendencia común en la monótona rutina de las zonas urbanas, veríamos con tristeza en lo que se ha convertido la vida de nuestros perros, predominaría la falta de contacto con ellos, muchas veces puede pasar una vida y los dueños no forman un vínculo con su perro; el ajetreo del trabajo, la escuela de los niños y el tráfico nos reducen a poder pasearlos un par de veces en el día, ver la televisión con ellos un rato mientras descansan a nuestros pies y si son muy afortunados se les inscribe a un club canino para adiestrarlos en lo básico, lamentablemente en muchos casos, ni siquiera esto.
Alrededor del mundo canino hay dueños y veterinarios; handlers, groomers y jueces; adiestradores y etólogos; cinófilos y cinólogos; criadores, vende/perros y ya más recientemente… los animalistas y los dueños humanistas.
Dentro de estas categorías, siempre hay clases, cómo dicen por ahí: “hasta en los perros hay razas”, pero en general los últimos tres roles mencionados han causado un daño terrible a lo que son hoy por hoy las razas de perros.
Aquellos perros que con cruzas selectivas se iban perfeccionando en sus funciones les son muy indiferentes a estos personajes, unos por mero interés económico, otros por modas, por la tendencia de vestir una capa de héroe, aunque sea de una causa totalmente desconocida por ellos y los últimos solo por ignorancia y por necesidad de llenar vacíos emocionales.
Sean cual sean sus motivos, las consecuencias no son menores, tenemos perros enfermos por la mala crianza, ya sea por solo fijarse en la belleza dejando de lado el temperamento y sus funciones zootécnicas pero con una cabeza enorme porque lo de hoy es lo hipertípico, solo cruzar por vender la mayor cantidad de cachorros posibles, cumplir caprichos saliéndose del estándar como en los exóticos muy a detrimento de su salud y esto, con todo y pedigrí en muchos casos. Por otro lado, “no compres, adopta” se ha vuelto la frase de ataque de los animalistas que aseguran ser responsables de salvar vidas, lamentablemente ignoran el trabajo que conlleva socializar a un perro de las calles y únicamente dar en adopción perros totalmente aptos para un hogar, pero...¿qué vida les espera? Incorporarse a una vida de encierro, a reglas que nunca han conocido y muy comúnmente a la ridiculización mediante vestimentas y tratos consentidores que solo los confunden terriblemente. Muchos “rescatistas” son conscientes de esto, pero cómo imaginan dejar el giro, si les generan ingresos sustanciosos; poner la foto de un “lomito”, víctima de los “puppymills”, en huesos, sucio y lastimado, muy lastimado, entre más pena y lástima cause la foto, mayores las donaciones. Triste realidad.
Analizando y aceptando la situación actual, les invito a la reflexión, les invito a la acción, a la reacción, les invito hoy más que nunca a la cruza responsable, a que si tienen un perro de trabajo, lo trabajen, a vender con tests de salud y exigirlos al comprar, les invito a ser embajadores responsables y unirse a este intento de salvaguardar las razas, pura sangre.
NO basta ponerse un filtro donde dice “Purebred dogs” en nuestro perfil, hay que hacer nadar al labrador, hay que poner a olfatear a los sabuesos, morder a los de presa… ¿De qué vale tener un campeón en pistas que no es capaz de trabajar?
Volteemos a ver el pasado de nuestras amadas razas y busquemos la forma de criar y vivir con perros íntegros y dignos representantes, en embajadores que rechazamos la idea de que aquellos perros de trabajo en toda la extensión de la palabra terminen siendo solo peluches en casa. Nos llevan mucha ventaja, pero podemos volver a los perros de razas de trabajo, en perros de trabajo funcionales de nuevo.
Espero estas líneas logren hacerlos reflexionar y que hagan un cambio con gestos pequeños con sus perros, exponerlos, entrenarlos, buscar aquellos instintos propios de sus funciones zootécnicas y no abandonarlos, con ello no solo me refiero a no regalarlos, me refiero de igual manera a no vender cachorros a cualquier persona, a no malbaratarlos solo para "que salgan", no cualquier persona debe tener un pastor belga o un perro tipo bull, lo sabemos bien, seamos éticos y unidos… que esos últimos personajes nos están ganando la batalla.
Devolvamos algo de lo mucho que ellos han hecho por nosotros desde hace miles de años.