19/01/2024
DC
Reflexión: Cuando lloras a tus mu***os, lloras por ti y no por ellos. ¡Tienes que leer esto!
el mayo 03, 2020
¿Sabes que, cuando lloras a tus mu***os, lloras por ti y no por ellos? Lloras porque los perdiste, porque no los tienes a tu lado, porque si todo concluye con la muerte, tus mu***os ya no están, ni siquiera para sufrir por haber mu**to; si la vida continúa más allá de la muerte, ¿por qué apenarte por tus mu***os?
Cuando hayas terminado de aceptar que tus mu***os se murieron, dejarás de llorarlos y los recuperarás en el recuerdo para que te sigan acompañando con la alegría de todo lo vivido.
No te mueras con tus mu***os, recuerda que donde ardió el fuego del amor y la vida, debajo de las cenizas muertas, quedan las brasas esperando el soplo para hacerse las llamas.
Si dices, que sin tus mu***os no podrás seguir viviendo, no digas que porque los amabas tanto, sino por cuanto los necesitabas, (y no es lo mismo amar que necesitar).
Si lo aceptas así, tal vez descubras para tu crecimiento que tu vida consiste en ser tu vida… ¡Y no la de los otros!
No frenes tus lágrimas cuando llegan, ni fuerces el llanto cuando se aleja, no dejes de llorar porque alguien lo reprueba, ni te obligues a llorar porque sino: “¿Qué dirán los otros?”
Respeta tu dolor, y tu manera de expresarlo.
No te mueras con tus mu***os; ¡déjalos partir, como parten las golondrinas en otoño, para anidar en otros climas y volver más numerosas y crecidas, en otra primavera!
Las lágrimas que ocultas, el dolor que escondes y la protesta que callas, no desaparecen:
Quedan al asecho del momento en el que puedan estallar. Y es mejor que lo vivas todo en su tiempo y en su hora.
Es común que las personas guarden buena cantidad de culpas para reprocharse ante sus mu***os. ¡No lo hagas contigo!
Tus mu***os no ganan nada con tus insomnios de remordimientos.
Ámalos ahora; recuérdalos con amor, y, quizás, sí ganen algo….
Como otro nacimiento….
Tú y yo solo vemos una cara de la muerte, la del otro lado se nos escapa.
Si desde el seno de tu madre hubieras visto nacer un hermano, creo que lo hubieras llorado como mu**to, hasta nacer tú y reencontrarlo.
¿Qué sentirías si miraras la muerte como otro nacimiento?
A la hora de cosechar…
Tus mu***os no están en el cementerio.
Nunca estuvieron ahí, salvo cuando estaban vivos
Me preguntas dónde están...
Y no puedo responder por ti.
Yo sé dónde están “para mí”, los míos; pregúntate tú a ti mismo dónde crees que están “para ti”, los tuyos.
El cementerio es como un surco donde se arrojan las semillas.
Ningún sembrador vuelve a remover la tierra para buscar las semillas ya sembradas; regresa al campo a la hora de cosechar espigas.