09/05/2024
EL TELEGRAMA MÁS BARATO DEL MUNDO SE ESCRIBIÓ EN CELENDÍN
Se cuenta que un celendino viajó a la ciudad de Cajamarca para comprarse una tina. Consultando
en todos los establecimientos comerciales de esa ciudad, se dio con la sorpresa que tal
mercadería estaba agotada; pero no faltó un vendedor que le ofreció hacerle traer la tina de la
I costa en un plazo de ocho dias y remitirla a Celendin. Por supuesto el paisano la tenia que dejar
cancelada; se pusieron de acuerdo y el celendino contento viajó de regreso a esperar su compra
Pasaron los ocho días y la tia no llegó; pasaron dos semanas y la tina ni noticias. Entonces el
paisano pre ocupado por esta demora y temeroso de perder su dinero, pre guntó a unos y a otros,
que debia hacer. Uno de ellos le aconsejó viajar a Cajamarca a reclamar su tina; pero el paisano
I sacó su cuenta diciendo: tengo que pagar pasaje de ida y vuelta a Cajamarca, pagar hotel y comida
y otros gastos; todo esto finalmente va a encarecer la tina. ¡No me conviene!
I Otro le dijo: mejor escribe una carta reclamando tu tina, a lo que paisano comentó: de todas
maneras tengo que comprar papel, sobre, estampillas, redactar la carta; suspirando dijo
nuevamente: ¡No me conviene!
I Un tercer amigo consultado le dijo: mejor haz un telegrama que es más rápido; pero el paisano
I que no quería gastar mas comento: de todas maneras voy a tener que pagar lo que cuesta cada
palabra y me va a salir muy caro. Este último amigo le replicó: ¡No hombre!, aqui en Celendin hay
un señor que redacta telegramas muy barato, ándate a él. Fue a este señor y efectivamente el
I telegrama muy barato se remitió a Cajamarca. El vendedor, al recibir el telegrama, no entendió
absolutamente nada; molesto y preocupado fue done un celendino residente en Cajamarca para
hacerle descifrar el telegrama, éste vio el contenido y muy alegremente le dijo: pero si está
clarisimo, aqui dice que Ud. Le ha vendido una tina, también dice que no la ha enviado y por eso
está reclamando su tina, que pronto la remita. El vendedor cajamarquino asombrado y más
I confundido le preguntó: ¿dónde dices que dice eso? Pues al centro del telegrama: ¿A ver, dime
qué letra es esta? El vendedor le contestó: es una l latina; muy bien. ¿Y cómo se lee una i latina
entre signos de interrogación? (¿1?) ¿Y la tina? ¡Pues hombre!
El vendedor comentando dijo estos shilicos por no gastar hasta con una sola letra escriben todo un
telegrama.