30/05/2024
# # Julio Barreda: El Mejor Criador de Alpacas del Mundo
En el vasto y riguroso paisaje de los Andes peruanos, donde la naturaleza desafía la supervivencia y donde solo los más fuertes prevalecen, se erige la figura imponente de Julio Barreda, conocido mundialmente como el mejor criador de alpacas. Durante más de 45 años, Barreda dedicó su vida a la perfección y mejoramiento de una raza de alpacas que se ha convertido en un símbolo de calidad y excelencia a nivel global. Sin embargo, su reconocimiento y fama en el extranjero contrastan con la relativa indiferencia que recibe en su propio país.
**Un Hombre de Ideas Firmes**
Don Julio Barreda no era un hombre que se dejara influenciar fácilmente. Con una visión clara y una voluntad férrea, estableció un programa de mejoramiento de alpacas que desafió las convenciones y enfrentó críticas tanto de sus colegas criadores como de académicos y burócratas peruanos. Su objetivo fue siempre crear un animal fino, denso, pesado y altamente productivo, y lo logró sin introducir sangre extraña a su hato, una práctica que le ganó tanto admiradores como detractores.
Su enfoque y dedicación resultaron en la creación de alpacas de una calidad sin igual, cuyos atributos han sido reconocidos y elogiados internacionalmente. Sin embargo, en Perú, su nombre y el de su finca, Accoyo, son poco más que referencias en el vasto paisaje andino, subestimadas y poco valoradas por el propio estado.
**Una Lucha Contra la Corriente**
El contexto en el que operaba Don Julio no facilitó su tarea. El estado peruano, a menudo enfocado en adaptar pastos y animales como las vacas a los Andes, parecía ignorar las especies endémicas como las alpacas, que históricamente han sido un pilar económico y cultural en la región. Esta preferencia por especies foráneas reflejaba una falta de visión a largo plazo y un desconocimiento de las ventajas y potencialidades de los auquénidos.
Julio Barreda, con su carácter directo y su inquebrantable compromiso con la mejora de las alpacas, a menudo chocaba con las opiniones y políticas oficiales. Su insistencia en seguir su propio camino y en mantener la pureza de su hato le generó tanto admiración como resentimiento. No obstante, su legado es una prueba viviente de lo que la dedicación y la visión pueden lograr, incluso cuando las circunstancias no son las más favorables.
**Un Legado Imperecedero**
Al final de su vida, Don Julio había alcanzado tanto la riqueza como la fama, pero su estilo de vida y sus principios permanecieron inalterables. Su hato de alpacas es uno de los tesoros más preciados de Perú, un testamento de su dedicación y pasión. Aunque en su tierra natal aún no recibe el reconocimiento que merece, su legado continúa vivo y es una fuente de inspiración para futuras generaciones de criadores.
En un país donde la historia y la tradición a menudo son relegadas por las influencias externas, la obra de Don Julio Barreda se erige como un recordatorio de la importancia de valorar y tecnificar nuestras propias riquezas. La esperanza es que algún día, su nombre resuene con la misma fuerza en Perú como lo hace en el resto del mundo, y que su labor sea reconocida y celebrada como un ejemplo de excelencia y perseverancia.