18/11/2023
Jose Hernandez (1872) en su escrito de La Vuelta de Martin Fierro: “Con prolijidad lo amansa sin dejarlo corcovear. Para quitarle las cosquillas con cuidado lo manosea; horas enteras emplea, y por fin solo lo deja cuando agacha las orejas y ya el potro ni cocea. Jamás le sacude un golpe, porque lo trata al bagual con paciencia sin igual, al domarlo no le pega, hasta que al final se le entrega ya dócil el animal. Lo ha de cuidar con desvelo y debe impedir también el que de golpes le den o tironear en el suelo. Muchos quieren dominarlo con rigor y el azote, y si ven al caballo que tiene trazas de malo, lo embraman en algún palo hasta que se descogote. Todos se vuelven pretextos y vueltas para ensillarlo; dicen que es por quebrantarlo, más comprende cualquier persona que es por miedo del corcovo y no quieren confesarlo. El animal de manada es de mucha conocencia y tiene mucho sentido; es animal consentido; lo cautiva la paciencia, aventaja a los demás domadores el que de estas cosas entienda; es bueno que el hombre aprenda, pues hay pocos domadores y muchos frangoyadores”.