
27/01/2025
Carta desde el corazón de una veterinaria
Hoy me atrevo a escribir estas palabras desde un lugar profundo, vulnerable y lleno de emociones encontradas. Soy veterinaria especialista, dueña de una clínica que, con esfuerzo y dedicación, he construido durante los últimos 12 años. Mi vida entera ha girado en torno a mi vocación, esa que descubrí desde muy joven, cuando comprendí que mi propósito era cuidar y sanar a los animales que tanto amamos.
Sin embargo, ayer viví una experiencia que nunca imaginé que podría quebrantarme de la forma en que lo hizo. Una propietaria, de manera arbitraria, decidió intentar desacreditarme a mí y a mi clínica a través de comentarios injuriosos en redes sociales. Todo esto porque no fue posible atender el servicio de estética de su perro, que llegó en condiciones de enredo extremo.
Lo que comenzó como una situación cotidiana escaló rápidamente en una tormenta que me desbordó por completo. Con 40 años y 17 años de experiencia en esta profesión, jamás pensé que me encontraría en una crisis de ansiedad tan severa que requiriera atención médica y hasta la intervención policial. Las palabras que se escribieron y las intenciones detrás de ellas fueron un golpe que atravesó no solo mi profesionalismo, sino mi esencia como persona.
Por supuesto, se presentó la denuncia ante las autoridades correspondientes. Pero más allá del proceso legal, lo que me queda es una profunda reflexión sobre lo vulnerables que somos los veterinarios frente a este tipo de violencia, sobre todo en un mundo donde las redes sociales pueden convertirse en armas que dañan de maneras insospechadas.
Esto no se trata solo de mí. Se trata de todos los colegas que, como yo, han vivido momentos de injusticia, de falta de empatía y de ataques que van más allá de nuestra profesión. Hoy me pregunto y te pregunto a ti, veterinario o veterinaria:
¿Alguna vez has sufrido violencia cibernética? ¿Sabrías qué hacer si te sucediera?
Este es un llamado a la unión, al apoyo mutuo y a la reflexión sobre cómo podemos protegernos y ayudarnos en una profesión que, aunque llena de amor, también puede enfrentarnos a desafíos como este. Porque detrás de cada bata blanca, hay un corazón humano que late por nuestros pacientes y sus familias.