23/04/2025
ERLIQUIA: EL ASESINO SILENCIOSO
La erliquiosis canina, conocida comúnmente como “la enfermedad de las garrapatas”, es una patología muy frecuente y peligrosa en perros.
Todo inicia con la picadura de una sola garrapata infectada con la bacteria Ehrlichia. No es necesario que el perro esté infestado: una sola picadura puede desencadenar la enfermedad.
La bacteria se transmite cuando una garrapata pica a un perro enfermo y luego a otro sano. Los síntomas no aparecen de inmediato; pueden tardar días o incluso semanas. Al principio, puede parecer algo sin importancia: tu perro luce decaído, pierde el apetito, y tal vez pienses que simplemente “no le gustó la comida”.
Error: un perro sano siempre tiene apetito. La falta de interés por la comida es una señal de alarma, incluso en razas pequeñas.
Síntomas comunes de la erliquia:
Fiebre
Encías, lengua u ojos pálidos
Falta de apetito y pérdida de peso
Problemas de coordinación
Inflamación en las articulaciones
Hemorragias
Convulsiones (en etapas avanzadas)
¿Cómo se diagnostica?
La forma más común es mediante un hemograma, que permite medir los niveles de plaquetas en la sangre.
Las plaquetas ayudan a evitar hemorragias formando coágulos.
Valores normales: entre 200,000 y 450,000.
Si bajan demasiado, pueden provocar sangrados.
Si suben mucho, existe riesgo de coágulos peligrosos.
Otra prueba efectiva es el SNAP test, que con solo una gota de sangre puede confirmar la presencia de la enfermedad en unos minutos.
¿Puede transmitirse al ser humano?
La erliquia como tal no se contagia a los humanos, pero las garrapatas sí pueden transmitir enfermedades graves al ser humano. Por eso es esencial mantenerlas bajo control.
Tratamiento y prevención
Detectada a tiempo, la erliquia es tratable con antibióticos prescritos por un veterinario. Es crucial seguir el tratamiento exactamente como se indica, para erradicar por completo la bacteria y evitar recaídas.
Recomendamos:
Hacer un hemograma a tu perro cada tres meses
Usar baños garrapaticidas
Fumigar las áreas donde vive el perro
Revisar periódicamente su pelaje
Ignorar los síntomas puede ser fatal. Si no se trata, la erliquia avanza y puede provocar hemorragias, convulsiones… o incluso la muerte.
Tú puedes marcar la diferencia.
Como dueños responsables, tenemos el poder de prevenir este sufrimiento.