25/07/2024
Pero si sólo iba a un baño....
Los perros braquicefálicos tienen una conformación anatómica la cual se relaciona con una gran variedad de trastornos respiratorios, especialmente el síndrome del braquicefálico. La selección excesiva en cuanto a la braquicefalia ha modificado y deformado las vías respiratorias altas.
En la regulación del flujo aéreo nasal, intervienen factores como la anatomía nasal, así como la movilidad de las alas nasales. Por ejemplo, un perro dolicocéfalo posee una cavidad nasal alargada con predominancia de los cornetes nasales, mientras que un perro braquicéfalo, como pugs, pekinés, shih tzus, bóxers y bulldogs, tendrá una cavidad nasal reducida por lo que el flujo de aire dentro de la cavidad nasal está restringido y se requiere un mayor esfuerzo inspiratorio lo que ocasiona una disnea de intensidad variable.
Algunas de las funciones de los cornetes nasales, es la humidificación, calentamiento y el filtrado de aire inspirado. La hipertrofia de los cornetes nasales, es una de las causas anatómicas en razas braquicefálicas, lo que provoca un aumento de la resistencia intranasal al paso de aire, viéndose afectada la termorregulación. Los trastornos relacionados con el calor, pudieran relacionarse por la restricción de la temperatura más que por la reducción de la ventilación pulmonar.
Una de las condiciones que estos perros pueden desarrollar, es la hipertermia, debido a que hay una incapacidad en la eliminación del calor mediante el jadeo, por un enfriamiento deficiente y a la misma obstrucción de las vías respiratorias, estando mas propensos a desarrollar golpes de calor en situaciones mucho menos extremas que los perros de otras razas.
La intolerancia al ejercicio, la cianosis y el colapso ocasional son comunes, en particular tras un exceso de actividad, emoción, estrés, calor o humedad excesivos.
Esta es una investigación para nuestro contenido de: Revisión Médica Veterinaria