31/03/2022
Notitas del saber…
LAS GLÁNDULAS ANALES
Si o No, y ¿Porque?
Las estadísticas no mienten, según encuesta realizada a médicos veterinarios. Llegan a su consultorio 1 ó 2 perros cada dos años con problemas de glándulas. El problema no es por qué no se drenan, sino que el problema principal es una mala manipulación del mismo. Es de suma importancia que el manejo de ellas esté a cargo del médico veterinario, ya que se requiere hacer con mucha calma y paciencia. Ya que deben ser buscadas y drenadas con mucha cautela en caso de que el perro tenga problemas.
¿Qué son las glándulas anales y para qué sirven?
Tanto perros como gatos tienen dos glándulas anales entre 1 y 3 cm de diámetro. Las mismas se encuentran bajo la piel, una a cada lado del ano (en el esfínter interno). Ellas funcionan como carta de presentación a otros perros.
Estas glándulas, son bolsas que contienen un líquido entre amarillento y marrón, de olor muy desagradable, que se excreta a través de unos conductos que terminan en el exterior del ano.
Cuando un perro está sano, la evacuación del líquido se efectúa de forma natural con las heces y este líquido informa a otros perros de su s**o, enfermedades, su temperamento, etc…
Es por ello que, normalmente, los perros olisquean su trasero al saludarse.
Otra de las funciones del líquido que contienen las glándulas anales, es el marcaje del territorio: el perro marca el espacio en el que se mueve para que otros perros puedan olerlo e identificarlo.
Además, el líquido que expulsan las glándulas perianales sirve también para lubricar el ano en la defecación. Si las glándulas anales funcionan con normalidad, no sería necesario vaciarlas. De existir un problema en el vaciado natural o se acumula mucho líquido, será necesario consultar a nuestro veterinario de confianza.
Normalmente unas glándulas anales muy llenas provocan que nuestro perro desprenda un olor fuerte y desagradable.
Recuperado de: Manuel Jesus Graniel Sosa