22/11/2022
ENFERMEDADES DE LA RETINA FELINA.
Anatomía de la retina:
En el examen del fondo del ojo felino podemos observar las porciones tapetal y no tapetal de la retina, el disco óptico y los vasos sanguíneos retinianos que se distribuyen en un patrón holangiotico; el fondo del ojo felino se caracteriza por poseer tres pares principales de arteriolas ciliorretinianas y tres venas poco tortuosas que salen cerca del borde del disco óptico sin ingresar a él a diferencia de los caninos, otra diferencia destacable con los perros es que el disco no se encuentra rodeado de mielina.
2. Examen del fondo del ojo:
a. Oftalmoscopia indirecta:
Para realizar una oftalmoscopia indirecta se necesitan una lente condensadora y una fuente de luz puntiforme, la lente puede ser una lente de 20D, 30D, 75D o 90D dependiendo de estas el tamaño de imagen que podremos observar, a menores dioptrias mayor tamaño; como fuente de luz puntiforme podremos utilizar una linterna puntiforme, un oftalmoscopio indirecto, la lámpara de hendidura o el microscopio quirúrgico. Luego de la midriasis, recomendamos usar una combinación de tropicamida + epinefrina para la misma, se debe colocar la lente a unos 10cm del ojo del paciente y orientar nuestra fuente de luz hacia la retina, la imagen se reflejara en toda la superficie de la lente, las imágenes obtenidas mediante esta técnica son amplias e invertidas.
b. Oftalmoscopia directa:
El oftalmoscopio directo es un instrumento comercial que incluye un selector de lentes de aumento y un selector del tipo e intensidad del rayo lumínico, la oftalmología directa se realiza colocando el selector en cero y cerca del paciente, podremos observar así una imagen directa con menor radio de visión.
3. Exámenes complementarios:
a. Electrorretinografia:
Cuando la retina es estimulada por la luz se genera una respuesta neuronal y no neuronal registrable, este registro es el Electrorretinograma (ERG). Este ERG es un objetivo test funcional de la retina que depende críticamente de los fotorreceptores; podemos describir tres ondas características, la onda “a” , es una primer onda hiperpolarizante que corresponde a la actividad de los fotorreceptores, la onda “b”, la primer onda despolarizante, que corresponde a la actividad de las capas medias y la segunda onda despolarizante, la onda “c”, asociada a la actividad del epitelio pigmentario; estas ondas características pueden variar por diferentes factores como: la intensidad, frecuencia, longitud de onda y duración de la luz, así como el intervalo entre estímulos, el tamaño de la retina estimulada y sobre todo, el tiempo de adaptación a la oscuridad.
En Oftalmología Veterinaria el ERG tiene dos aplicaciones principales, comprobar la actividad retiniana cuando los medios están opacos (ej.: pre-quirúrgico de cataratas) o en diagnósticos diferenciales cuando el fondo del ojo aparece normal (ej.: SARD).
b. Ecografía ocular:
La ecografía ocular es importante en la evaluación del segmento posterior del globo ocular, indicada en todos los casos en que los medios no sean transparentes (Ej.: cataratas, hiphema), podría ser útil en la detección de desprendimientos de retina, tumores y hemovitreos. c. Angiografía fluoresceinica:
Es una técnica de examen que consiste en inyectar en una vena periférica fluoresceína sódica en solución acuosa y ver y fotografiar la fluorescencia que produce el contraste a su paso por los vasos del ojo. Es una herramienta diagnostica de utilidad en las enfermedades de la retina, es realmente útil en las patologías en donde las alteraciones vasculares pueden estar presentes, como las anomalías vasculares, los procesos isquémicos, los procesos inflamatorios, los desprendimientos de retina, la hipertensión , la retinopatía diabética o las neoplasias.
4. Patologías de la retina:
a. Atrofias retinianas progresivas hereditarias (APR):
La atrofia progresiva de la retina hereditaria es una entidad bien definida en los caninos, a la actualidad están descriptas más de 80 razas caninas capases de heredar la enfermedad y su modo habitual de herencia es un gen autosomico recesivo simple.
La APR se divide en dos formas según su momento de aparición, la Displasia de conos y bastones y la Degeneración de conos y bastones, son dos entidades bien definidas que a la oftalmoscopia mantienen el mismo patrón de lesión, la diferencia más remarcable de estas dos formas de la enfermedad es la edad de inicio de la patología.
Es interesante que en los felinos, si bien observamos esta patología en la clínica diaria, hasta el momento la única raza que presenta APR hereditaria probada es el Abisinio. Existen reportes aislados en otras razas como los de Barnett y Carlisle en el Siamés; Rubin y Lipton en Persas y West-hyde y Buyukmichi en Mestizos.
Los pacientes afectados presentan una ceguera nocturna en sus comienzos que termina por transformarse en diurna con perdida completa de la visión, también se describió una pérdida de visión periférica, a la par de la ceguera nocturna, con crecimiento de la ceguera hacia el centro del campo visual.
En el fondo del ojo se puede observar hiperreflexia y disminución del número y calibre de los vasos sanguíneos, primero en retina periférica y luego se hace más evidente en el centro, la atrofia se confirma mediante la Electrorretinografia antes de que se manifiesten los síntomas en el fondo del ojo.
b. Deficiencia de Taurina:
La Taurina es un aminoácido esencial en los felinos, las mayores concentraciones están en corazón y retina, según lo publicado por Burger y Barnett en 1982, el requerimiento diario de un felino adulto es de 10mg/kg. En la actualidad las marcas de alimento balanceado suplementan este aminoácido en la dieta, sin embargo esta patología se puede observar en animales con dieta casera, alimentados con balanceados para perros o con algunos balanceados felinos de dudosa calidad.
La retinopatía por deficiencia de taurina se caracteriza por una primera lesión redonda lateral al nervio óptico, una segunda lesión medial al nervio y luego una banda de hiperreflexia que las une, se cree que estas lesiones iniciales respetan las zonas de mayor concentración de conos; con el tiempo las lesiones terminan por afectar toda la retina llevando al paciente a la ceguera.
En el análisis de la patología mediante un electrorretinograma, se observa en un comienzo una disminución de la función flicker (conos) y una disminución de los potenciales oscilatorios (Células Amacrinas), luego de avanzada la deficiencia nutricional observamos primero una disminución de las ondas con flash blanco (global) y por ultimo una caída en las ondas con un estímulo de flash azul (bastones). En modelos experimentales con deficiencia de taurina se describió que las lesiones evidenciadas mediante la ERG comienzan 10 semanas después de comenzada la deficiencia, las lesiones oftalmoscopicas comienzan entre los 3 a 7 meses con una ceguera irreversible a los 9 a 10 meses de comenzada la deficiencia.
c. Retinopatía hipertensiva:
La hipertensión sistémica es una enfermedad relativamente común en gatos añosos mayoritariamente asociada a insuficiencia renal crónica o hipertiroidismo, la forma de presentación más común en el consultorio es una ceguera brusca asociada a desprendimientos de retina totales o hiphemas.
El prolongado aumento de la presión sistémica provoca un daño en la integridad y autoregulacion de los vasos retinianos con la consiguiente pérdida de plasma y células rojas en el segmento posterior del ojo, que deriva en hemovitreo, acumulo de sangre y edema en la neuroretina, isquemia y desprendimientos de retina serosos. En el examen del fondo del ojo podemos observar tortuosidad de los vasos, hemorragias en cualquiera de las capas, edema y desprendimientos totales o parciales.
Reconocer a los animales en riesgo es importante a la hora de prevenir las lesiones, a todo gato geronte se le debería chequear rutinariamente el fondo del ojo y la presión sistémica. Existe cierto consenso en considerar que en un gato normal, despierto y no ansioso los valores de presión no superan los 160/100mmhg (Littman, 1994), aunque muchos otros autores prefieren tratar solo a los pacientes a partir de los 200mmhg.La droga de elección en el felino es la Amlodipina, a dosis de 0.625 a 1,25 mg oral una vez por día, sin olvidar nunca la causa primaria.
d. Toxicidad retiniana a las Quinolonas:
En un principio se ha descrito la degeneración retiniana asociada a Enrofloxacina (Gelatt y col. 2001, Wiebe y col. 2002), sin embargo actualmente se considera a todas las fluoroquinolonas potencialmente retinotoxicas. En estos casos se ha observado una ceguera repentina, con midriasis fija y sin cambios en el fondo del ojo en un principio, aunque degenera muy rápidamente, en muchos de estos casos la pérdida de visión es permanente, si bien algunos pocos pueden conservar algo de visión. Los registros electrorretinograficos son planos aunque el paciente conserve algo de visión. Los factores de riesgo incluyen la edad del paciente, renopatias o hepatopatías, dosis, duración y vías de administración de la droga; en un estudio realizado por Gelatt y col en 2001 observaron que la administración endovenosa aumenta los riesgos de toxicidad retiniana. Si bien hay poca información disponible sobre el metabolismo de estas dr**as en gatos, se considera que una disminución en la filtración glomerular aumentaría los niveles
en sangre del metabolito primario aumentando así los riesgos de toxicidad.
e. Inflamatorias:
La inflamación activa de la coroideo-retina (coroideoretinitis) se caracteriza al examen del fondo del ojo por edema, hemorragia e infiltración de células inflamatorias o neoplasicas, exudados y transudados; las lesiones inactivas (post-inflamatorias) se observan oftalmoscopicamente como áreas hiperreflectivas en la zona tapetal y zonas grisáceas en la no tapetal.
Las causas más frecuentes en nuestro país (España) suelen ser: el virus de la peritonitis infecciosa felina (PIF), el virus de la inmunodeficiencia felina (VIF), el virus de la leucemia felina (VILeF), el Toxoplasma gondii y la Criptococcosis; todas estas etiologías pueden dar síntomas coroideo-retinianos solamente o estar asociados a uveítis anterior o panuveitis.
El tratamiento de elección para estas patologías son los antiinflamatorios orales y el tratamiento específico según la etiología de la inflamación.
Autor: MV Pablo Sande. Dipl en Patología y Cirugía Ocular.