07/04/2024
EXPLOTACIÓN CANINA VS MUTUALISMO SIMBIÓTICO
Desde hace un tiempo a esta parte venimos en la lucha de que, porque prohibir la carrera de galgos, y si están bien otros eventos donde los perros practican actividades juntos a sus tutores humanos. Es así como las discusiones no tienen fin, muchas veces plagadas de emociones subjetivas, raramente con argumentos científicos, y es mi intención con este escrito aportar algo más valido y profundo.
El planeta tierra es un espacio finito donde habitan millones de especies, muchas de las cuales comparten espacios comunes, por ende, están obligadas a interactuar entre si Estas interacciones está han sido estudiadas por la ciencia desde antes del mismo Darwin.
Es así como la interacción entre especies puede ser básicamente tres, que bien sirve como ejemplo las que vemos cuando los animales de distintas especies se congregan en un abrevadero africano, estas interacciones básicas pueden ser, de carácter neutro, cuando pueden estar próximos sin interacción alguna; o presa, cuando huye de un potencial depredador; o depredador, cuando ataca a su presa.
No obstante, la ciencia ha avanzado con otras clasificaciones más detalladas tales como:
Neutralismo: la interacción entre dos especies, donde ninguna de las dos resulta beneficiada o perjudicada.
Protocooperación: interacción en la cual dos organismos o poblaciones se benefician mutuamente, la relación no es esencial para la vida de ambos, ya que pueden vivir de forma separada. Se puede dar incluso entre organismos de diferentes reinos, como en el caso de flores y polinizadores.
Inquilinismo: interacción similar al comensalismo en la que una especie se beneficia al ser albergada mientras que la otra no es beneficiada ni perjudicada.
Amensalismo: interacción que es perjudicial para una de las especies y neutral para la otra.
Comensalismo: interacción en la que una especie es beneficiada y neutral para la otra.
Facilitación: interacción en la que al menos una de las especies se beneficia.
Competencia: es una interacción biológica entre seres vivos en la cual la aptitud o adecuación biológica de uno es reducida a consecuencia de la presencia del otro.
Depredación: la interacción en la que una especie captura y se alimenta de otra.
Parasitismo: interacción en la cual una especie se beneficia y otra es perjudicada.
Alelopatía: interacción química entre dos organismos de la misma especie o entre organismos de especies diferentes en la cual un organismo perjudica o elimina a otro mediante la expulsión de sustancias químicas.
Exclusión mutua: interacción en la que una especie excluye a la otra del mismo hábitat, y viceversa.
Ahora bien, hablando de perros, de humanos, y de la interacción entre estos, como las carreras de galgos o los deportes caninos, desde un punto netamente científico podemos decir que la galguería es:
EXPLOTACION: que es cuando una especie sale beneficiada a costa de otra que sale perjudicada, el galgo fue creado para correr, por lo cual dejar correr a un galgo en un campo abierto esta perfecto, pero cuando el dinero de las apuestas es el fin, el mismo es explotado, para ganar es forzado física y psicológicamente más allá de sus límites, sin respeto por el mismo, y si no cumple los objetivos del negocio, pierde todo valor tanto comercial como de su mismo ser, por ende es sobre exigido durante su rendimiento y luego tirado al abandono, supeditado a la ley de la oferta y la demanda, el humano sale favorecido con su perjuicio, y el galgo solo ha ganado maltrato. Peor aún, las peleas de perros, donde el perro solo encuentra heridas, sufrimiento y muerte.
En los deportes caninos donde el perro acompaña al humano, y donde no hay más beneficio que el del deporte mismo, la relación es diametralmente opuesta a la que sufre el galgo sometido a la carrera por apuestas, en este caso hablamos científicamente de:
SIMBIOSIS MUTUALISTA: cuando ambas especies se benefician y mejoran mutuamente de la interacción entre ambas. El perro realiza todo el proceso junto a su guía humano, y ambos se benefician mutuamente, el interés no es económico, sino vivir los avatares de la vida totalmente juntos, como lo hemos hecho desde que el lobo se convirtió en perro. Este ha sido el camino por el cual el humano junto al perro han conquistado el mundo. El perro ha usufructuado la relación, y será por eso por lo que es tabú comerse al perro, ya que a él lo domesticamos no como recurso proteico, sino como compañero de aventuras, y aun compañero no se le come, ni se le explota, se le dan beneficios que satisfacen todas sus necesidades, a cambio de beneficios que satisfacen las nuestras.
A la vez, el perro como lobo domesticado, mantiene un complejo sistema de patrones conductuales instintivos que necesitan desarrollarse para su plenitud de bienestar más allá de lo físico, cuando al perro se lo deja en estado de parasitismo, quedando en casa sin hacer nada, donde tal vez sus necesidades físicas están ampliamente satisfechas, pero, por el contrario, sus necesidades mentales y sociales no, lo que determina una especie de deprivación conductual, que a la vez representa mal trato debido a los índices elevados de estrés y ansiedad devenidos a su vez en miedo y/o agresión, porque el mal trato no solo es físico, también puede ser social y psicológico, siendo estos tal vez los mas comunes en nuestra vida urbana.
Los doctores recomiendan el deporte, y un dicho que todos conocemos es “el trabajo es salud”, y esto no es otra por la cumplimentación de las tres áreas de la salud (física -psíquica- social). Incorporar al perro a nuestras actividades diarias, o mejor practicar un deporte juntos, o porque no un trabajo en conjunto, sacando al perro de ese estado de ocio que lo somete al parasitismo del cual tanto se revela a través de sus problemas de conducta. Sin caer en la explotación a través del respeto convertido en sinónimo de amor.
Amo caminar con mis perros, y si, los peligros del sol, del calor, del frio, de las serpientes venenosas, del tráfico, de las espinas, de las caídas, y las lastimaduras en los pies están presentes, además de lo extenuante cuando son muy largas, todo esto atenta contra lo físico, pero que feliz que son mis perros, cuan rebosante salud mental y social obtienen a cambio. Sufrimos y disfrutamos juntos, al final del día, ya juntos en el confort de nuestro living con la panza llena, y sobre el mullido colchón, la recompensa no es un cuerpo cansado, sino una mente relajada lista para un sueño placentero y reparador.
Enfrentándonos ante una sociedad cada día más artificial, alejando al perro del parasitismo, y nosotros mismos de la explotación, el mutualismo simbiótico no es otra cosa que el eje de la filosofía de vida del verdadero perrero.
Aldo Cecchi