12/01/2025
Una Boda mojada pero Feliz como una Perdiz”
¡Quién iba a decir que una boda planeada bajo de Pto Ordaz terminaría siendo una aventura épica bajo la lluvia frente al Salto de la Llovizna! Carla y Roderick, dos almas románticas que soñaban con una boda vintage de los 50, jamás imaginaron que el destino les tenía preparada una prueba tan divertida.
La mañana amaneció con un cielo gris y amenazante, pero el amor de estos dos tortolitos era más fuerte que cualquier tormenta tropical. Los invitados, vestidos con sus mejores galas al estilo pin-up y rockabilly, llegaron al lugar de la ceremonia con una sonrisa en el rostro. La novia, radiante en su vestido off white muy vintage caminó hacia el altar bajo algunas gotas de lluvia fina que parecía bendecir su unión. Pero esto fue en aumento lo que cualquier WP odiaría.
Y llegó el momento más esperado: la hora del cotillón ya la lluvia había hecho de lo suyo en la recepción así que Roderick, hizo su gran aparición estruendosa a bordo de una moto de enduro, con Carla aferrada a él como si fuera la última aventura de sus vidas. ¡El público enloqueció! La lluvia, lejos de arruinar la fiesta, se convirtió en un elemento más de la celebración.
La hora loca fue el clímax de la noche. Bajo el toldo y la música en vivo, los invitados bailaron sin parar, desafiando los charcos y las gotas de lluvia. La pista se convirtió en una auténtica fiesta de celebración.
Al final de la noche, cansados pero felices, Carla y Roderick se despidieron de sus invitados con un abrazo y un beso bajo la lluvia. Su boda, lejos de ser un fracaso, se convirtió en una anécdota inolvidable que los unirá para siempre. Y es que, como dice el dicho, “a los novios que les llueve, les va muy bien”. Hoy, Carla y Roderick son un matrimonio feliz y consolidado, y su historia de amor sigue siendo una inspiración para todos los que creen en el poder del amor y la aventura.