17/05/2024
Información importante, hay que traer a sus gatitos a revisión si tiene mal aliento, dificultad para acicalarse, babea, etc.
𝗚𝗶𝗻𝗴𝗶𝘃𝗼𝗲𝘀𝘁𝗼𝗺𝗮𝘁𝗶𝘁𝗶𝘀 𝗰𝗿ó𝗻𝗶𝗰𝗮 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝗴𝗮𝘁𝗼
RESUMEN
La gingivoestomatitis crónica felina o gingivoestomatitis linfoplasmocitaria (GELP) es un padecimiento en los gatos que se caracteriza por presentar una exagerada ulceración e inflamación persistente con infección bacteriana secundaria localizada en la gingiva, encía, labios, lengua, arco palatogloso y otras zonas que forman parte de la cavidad oral.
Los signos clínicos son variables, normalmente al inicio de la enfermedad los gatos tienen hiporexia, dificultad para acicalarse, halitosis y linfadenitis y cuando progresan en condiciones graves, presentan anorexia y por lo tanto con el tiempo, pueden presentar la muerte.
Hasta el momento no se conoce con precisión una sola causa, se han encontrado reportes que sugieren la asociación de virus, bacterias e incluso autoinmunidad. Debido a la complejidad de su etiología, en la actualidad no existe un tratamiento que solucione la enfermedad de manera definitiva. Las opciones incluyen antibióticos, esteroides, interferones, inmunomoduladores, control del dolor y terapia con células madre. La extracción completa de las piezas dentarias parece ser la mejor alternativa y a pesar de ello, no es 100% efectiva y es costosa. Esto lleva en ocasiones al responsable a decidir la eutanasia.
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La gingivoestomatitis crónica en los gatos es un padecimiento inflamatorio, inmunomediado, erosivo y severo de la mucosa oral, y es caracterizada por una persistencia mayor de 6 meses de evolución. Pueden encontrarse muchos nombres como: Gingivoestomatitis linfoplasmocitaria (GELP), estomatitis linfoplasmocitaria, estomatitis, gingivitis linfoplasmocítica, estomatitis plasmática, estomatitis necrotizante, estomatitis para dental ulcerativa crónica, gingivitis-estomatitis-faringitis de células plasmáticas, faucitis ulceroproliferativa, estomatitis ulcerativa crónica, estomatitis necrotizante, gingivoestomatitis crónica felina y gingivitis-estomatitis-faucitis crónica.
Dependiendo de su localización, puede ser clasificada como:
Tipo 1: Provocando estomatitis-gingivitis alveolar, labial o bucal;
Tipo 2: Inflamación proliferativa y/o ulceración en el arco palatogloso, referido anteriormente como fauces e incluso pudiendo afectar el esófago.
En ocasiones, la proliferación puede ser tan grave que provoca retracción de la lengua.
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Se han propuesto una multitud de condiciones y agentes infecciosos incluyendo Calicivirus, Herpesvirus, virus de la Leucemia viral felina y/o Síndrome de inmunodeficiencia felina, varias bacterias, así como factores no infecciosos como enfermedad dental, estrés e hipersensibilidad al alimento.
De todos los agentes virales, el Calicivirus felino ha sido el más encontrado; en un estudio reciente se demostró en un 60% de los casos, a diferencia del grupo control (24%). En otro trabajo, se demostró que este agente puede estar más frecuentemente relacionado con las lesiones presentadas en las fauces.
La asociación de Calicivirus-GELP puede verse incrementada en ambientes en los cuales existen una gran cantidad de gatos, tanto por la transmisión de este tipo de virus como por el estrés debido a competencia y hacinamiento. No es claro el significado del papel de los virus, pero se sospecha que pudieran causar daño en la membrana celular que pudiera favorecer que otros agentes penetren más fácilmente.
Se ha considerado que la existencia de Leucemia viral Felina y Síndrome de inmunodeficiencia felina pudieran ser un factor importante debido al papel que pueden jugar al predisponer infecciones secundarias, sin embargo en una investigación solo se encontró una prevalencia del 4 % de los casos, mientras que en otro estudio se encontraron antígenos del virus de la Leucemia viral felina en el 29.6 %.
Con respecto a las bacterias, existen reportes que mencionan una menor diversidad de microorganismos, predominando especies como Pasteurella multocida sub esp. multocida (Algunos reportan desde el 18.6 hasta el 50% de los cultivos). Otros mencionan Peptostreptococcus, Tannerella forsythia, Pseudomonas y Filifactor, y sugieren que pudieran estar relacionados con la presencia de periodontitis en la enfermedad. En un estudio se ha sugerido que bajos niveles de la placa de biofilm pudiera ser el inicio de este padecimiento en algunos pacientes susceptibles (el biofilm es considerado una capa o tapiz microbiano consistente en un ecosistema organizado, conformado por una o varias especies de microorganismos asociados en este caso al esmalte, con características funcionales y estructurales complejas que proporciona protección). Lo anterior aunado con la coexistencia de patógenos como Calicivirus, pueden jugar un papel importante en la aparición de la enfermedad.
En la enfermedad predominan linfocitos y células plasmáticas en el tejido oral afectado, con pocos neutrófilos y mastocitos. Al estadificar con inmunohistoquímica se aprecia infiltrados en racimo de linfocitos T CD 3+ entre el epitelio y el estroma subepitelial, y solamente presencia de linfocitos B CD20+ en este último.
El incremento de la cantidad de células T CD8+ (citotóxicas), comparando con las células T CD4 (cooperadoras) en la lesión, así como en circulación, sugiere que la respuesta inflamatoria es de tipo celular citotóxica ocasionada una estimulación antigénica debido a patógenos intracelulares como los virus.
Además, en 2 estudios, una disminución en el radio CD4/CD8 fue encontrada en la mayoría de los gatos con GELP, con un porcentaje normal de células T CD4+ y una disminución en la cantidad de células T CD8+ en la sangre. Lo anterior se ha visto también en enfermedades como lupus eritematoso, síndrome de inmunodeficiencia y cáncer en humanos, sugiriendo que una respuesta inmune anormal puede estar involucrada en la existencia de la gingivoestomatitis. Es por ello que la aplicación de células mesenquimales en gatos ha provocado mejoría de la enfermedad, debido a que se ha comprobado que se normaliza la proporción CD4/CD8, así como el porcentaje de células T CD8+.
Esta patología se encuentra en gatos de todas las razas, aunque hay una mayor predisposición en el siamés, persa, himalaya y burmés.
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Este padecimiento puede ser visto en gatos de cualquier edad, sin embargo, se han reconocido tres diferentes periodos:
1.- A la edad de cachorro, al momento de realizar la vacunación. No se sabe si es como consecuencia de una respuesta a la vacuna o por erupción de los dientes deciduos y placa dental. La inflamación normalmente es transitoria y generalmente se resuelve con limpieza dental.
2.- Un segundo periodo que consiste en la aparición de los dientes permanentes que provoca un incremento de la inflamación, en gatos clínicamente sanos.
3.- La mayoría de los pacientes enfermos a una edad promedio de 7 años.
Los gatos adultos pueden mostrar un rango de severidad y signos clínicos muy variables.
La mayoría de los pacientes presentan disfagia, y dolor debido a la inflamación y ulceración de los tejidos blandos (83.3% de los casos) En muchos casos presentan halitosis (72.2 %), dificultad para acicalarse con nudos de pelo en su piel, hiporexia o incluso anorexia y por lo tanto baja de peso (38.8%). Es posible apreciar sialorrea (44.4%) o que el responsable refiera que al comer el gato lo haga con dificultad (33.3%).
La inflamación puede involucrar todo el tejido blando o solamente una parte, aunque es frecuente que sea bilateral. En la presentación más severa, hay ulceración del arco palatogloso (fauces) llamada mucositis caudal, en conjunto con inflamación y ulceración en la mucosa por encima de los dientes (mucositis alveolar) hasta en el 23 por ciento de los casos. La mucositis sublingual también puede presentarse y, además, pueden existir lesiones secundarias al contacto de la encía con los dientes, produciendo las llamadas ulceras por contacto (7.7 % de los casos). Las lesiones pueden estar cubiertas por secreción purulenta y sangran fácilmente. En casos más severos pueden afectarse la faringe, lengua y glándulas salivales mandibulares. El linfonodo mandibular puede notarse agrandado ligeramente en el 65.6 % y de forma severa en el 34.4% de los pacientes.
En un estudio se encontró evidencia de esofagitis hasta en el 98% de los casos, a pesar de que aparentemente no se mostraron signos relacionados con este hallazgo. Es por ello que debe de considerarse el tratamiento de esta patología, sobre todo porque pudiera estarse enmascarando al presentarse alteraciones similares a GELP como ptialismo, nausea e inapetencia.
Autor:
𝘔.𝘝.𝘡. 𝘌.𝘗.𝘊.𝘝., 𝘌.𝘔.𝘊.𝘗.𝘎., 𝘎.𝘗. 𝘊𝘦𝘳𝘵 (𝘔𝘌𝘋𝘐𝘊𝘐𝘕𝘌 𝘍𝘌𝘓𝘐𝘕𝘌) 𝘚𝘢ú𝘭 𝘔𝘢𝘳𝘵í𝘯𝘦𝘻 𝘎𝘢𝘳𝘤í𝘢.